Bilbao.- El Teatro Campos de Bilbao, uno de los máximos ejemplos de Art Nouveau del País Vasco, ha vuelto a levantar hoy su telón tras haber permanecido cerrado quince años, los cinco últimos, a causa de las obras de reforma que han permitido su reapertura.
En el acto de inauguración, el alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, se ha referido al proceso que ha culminado hoy con la apertura del teatro: "pedí ayuda al Gobierno Español, y me dieron una palmadita; pedí colaboración al Gobierno Vasco, y otra palmadita; hasta que nos encontramos con la Sociedad General de Autores (SGAE)", ha relatado.
Azkuna ha declarado que "tras muchos años de observar un Teatro Campos inmerso en la decadencia, podemos tener la satisfacción de su renacimiento gracias a los buenos oficios del Ayuntamiento y de la SGAE".
El alcalde ha resaltado que, tras su renovación, el Teatro Campos Elíseos "aparece como un nuevo foco de cultura en la Villa", y ha agradecido la paciencia de "los vecinos que han soportado las obras".
El presidente de la SGAE, Eduardo Bautista, que ha pronunciado parte de su discurso en euskera, ha definido el proceso de restauración del Campos como "fascinante", y ha añadido que "no siempre es fácil trabajar con la administración pública", pero que la colaboración con el consistorio les ha "devuelto la confianza".
Bautista ha destacado que el proceso de renovación del Teatro Campos no ha supuesto "simplemente restaurarlo", sino que "además había que dotarle de un alma" y "devolverle al teatro algo más de lo que traía por sí mismo".
El cantante Mikel Erentxun, uno de los asistentes al acto y que ha anunciado recientemente un nuevo trabajo discográfico, ha desvelado que "uno de los alicientes" de su presencia hoy en el teatro ha sido "verlo con idea de poder volver en un par de meses a presentar el disco en directo".
El consejero de la SGAE y cantante Caco Senante ha destacado las "famosas" butacas del teatro, "que estoy seguro que mucha gente copiará a partir de ahora", y que se pueden retraer según las necesidades escénicas.
El Campos, conocido popularmente por los bilbaínos como "la bombonera" por la recargada ornamentación de su fachada y de su interior y su recogido aspecto, que le hacían parecer una caja de bombones, fue construido entre 1901 y 1902.
Tras ser cerrado en 1995 al amenazar ruina su estructura, en 2004 comenzaron las obras de reforma que han convertido al viejo escenario en un moderno centro de artes escénicas dotado de los últimos avances tecnológicos que permiten a los artistas que en él actúen grabar su espectáculo o escamotear todas las butacas de su patio, entre otras cosas.
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