El "toro de la Vega" murió alanceado, pese a los defensores de los animales

  • El toro "Rompesuelas", de 650 kilos, murió alanceado este martes tras un recorrido de unos veinte minutos en Tordesillas (centro de España), durante la tradicional fiesta del "Toro de la Vega", cada vez más denostada por los defensores de los animales.

"La carrera no ha durado más que 20 minutos, murió hacia las 11H20" (9H20 GMT), declaró a la AFP una portavoz del partido animalista Pacma, que envió varias decenas de militantes a Tordesillas, una localidad de 9.000 habitantes a 200 km al noroeste de Madrid, que celebra cada año esta fiesta, que data de la Edad Media.

La suelta del toro se vio marcada por importantes tensiones entre los partidarios y los detractores de la fiesta, los primeros llegando incluso a golpear a los periodistas presentes, constató un fotógrafo de AFP.

"Rompesuelas" salió de su corral hacia las 11H00 y tras recorrer algunas calles de esta pequeña localidad castellana, atravesó el puente que la separa de un campo donde fue alanceado hasta morir una veintena de minutos más tarde.

La tradición del Toro de la Vega, que data al menos de 1453, consiste en perseguir al astado por la localidad, hasta el campo contiguo donde los lanceros, a pie o a caballo, lo acosan hasta matarlo con sus picas. El que logra matarlo gana el torneo.

El Pacma considera que esta tradición es "el icono del maltrato animal" en España. El partido presentó el 8 de septiembre una petición para que se prohíba este "linchamiento colectivo", firmada por 120.000 personas. Este texto fue remitido al secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, con el fin de que hablara con el alcalde socialista de Tordesillas.

La fiesta, declarada de interés turístico en 1980, suscita, no obstante, cada vez más protestas.

El maltrato a los animales se ha convertido más que nunca en un tema de enfrentamiento político en el país de las corridas desde que varios municipios han pasado a ser gobernados por movimientos de izquierda radical, aliados de Podemos, que se oponen a fiestas seculares en las que animales, a menudo toros, son sacrificados.

"Tengo derecho a mi fiesta", respondieron los habitantes de Tordesillas, en una gran pancarta desplegada en una construcción del centro de la localidad, cercana al recorrido de "Rompesuelas".

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