El universo costumbrista de Norman Rockwell llega a Roma

  • El arte minucioso y sencillo del autor neoyorquino Norman Rockwell llega hoy a Roma a través de una muestra que pretende acercar al público italiano el talento de uno de los más agudos observadores y narradores de la sociedad estadounidense.

África Albalá Soria

Roma, 10 nov.- El arte minucioso y sencillo del autor neoyorquino Norman Rockwell llega hoy a Roma a través de una muestra que pretende acercar al público italiano el talento de uno de los más agudos observadores y narradores de la sociedad estadounidense.

La exposición "Crónicas americanas: El arte de Norman Rockwell", que podrá visitarse en el Palazzo Sciarra de la capital italiana hasta el 8 de febrero de 2015, ofrece a los visitantes una retrospectiva del recorrido creativo del pintor.

Nunca antes exhibida en Italia, la muestra se presenta como un exhaustivo viaje por la producción del creador estadounidense y su universo costumbrista, con más de 100 obras entre pinturas, documentos y fotografías, además de las 323 portadas originales de la revista "The Staurday Evening Post".

La exposición explora a lo largo de seis secciones todo el planeta Rockwell y brinda un testimonio excepcional de la historia estadounidense, desde la representación de la infancia hasta el retrato de los principales actores de la época, pasando por el orgullo nacional y el drama del racismo.

Así, las ilustraciones de Rockwell expuestas retratan más de 50 años de la sociedad estadounidense con un estilo único y reflejan los sueños, las esperanzas y los ideales de los estadounidenses entre la década de 1910 y la de 1960.

"Rockwell es el poeta de la clase media americana, el poeta del mundo de una burguesía serena, iluminada. En sus obras se aprecia una concepción de la vida muy real y muy tradicional", explicó a Efe el presidente de la Fundación Roma Museo que acoge la muestra, Emmanuele F.M. Emanuele.

La exposición revela el imaginario creado por Rockwell, caracterizado por el realismo y el detalle y protagonizado por personajes que recuerdan al cine de Frank Capra o Billy Wilder, las novelas de Charles Dickens y las historias de Walt Disney.

En las pinturas del neoyorquino expuestas en la galería emergen personajes positivos, alentadores, confiados, familiares y cautivadores, que evidencian "los aspectos tradicionales, casi románticos, de la vida cotidiana".

Las piezas presentes en la colección permiten comprender los temas centrales de la obra del artista, desde la despreocupación imperante en sus orígenes hasta posteriores temáticas civiles como el drama del apartheid.

Un claro ejemplo de esta evolución de Rockwell hacia un arte más comprometido toma forma en las obras en las que reclama el derecho a la libertad de expresión y la libertad de culto.

Estas reivindicaciones se manifiestan también en la pintura "El problema con el que todos vivimos", en el que una niña negra es escoltada al colegio por policías federales para hacer valer su derecho a la educación.

A la presentación de la muestra acudieron también el hijo y el nieto de Rockwell, que expresaron su satisfacción con el montaje de la exposición y actuaron como embajadores de excepción del autor americano.

"Es complicado describir o explicar el arte de mi padre. Es necesario venir aquí para comprenderlo", afirmó a Efe el hijo del ilustrador.

En esta línea, el hijo de Rockwell destacó que al artista trabajaba eminentemente por encargo y que su obra se centra en su concepción de América.

"Sus creaciones se basan en su visión de Estados Unidos, una visión muy bonita y simpática de un país simpático", subrayó.

En cuanto a las piezas de la colección, el hijo del pintor americano no dudó en manifestar su predilección por el "Triple autorretrato", del que destacó su originalidad.

"También tengo un gran cariño por el cuadro 'Niño en un vagón restaurante', ya que serví de modelo y mi padre me regaló una colección de juguetes como recompensa", bromeó.

Esta pieza, junto con la célebre "El fugitivo", en el que un niño con un hatillo aparece junto a un policía en un cafetería, constituyen las obras principales de la muestra y resultan una inigualable carta de presentación de la exposición.

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