Elvira Lindo y González-Sinde comparten pasión por el cine y la literatura

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Segovia, 27 sep.- El director sueco Ingmar Bergman solía decir que los lenguajes del cine y de la literatura son distintos y había que evitar por tanto hacer adaptaciones de novelas, y de esos dos mundos tan diferentes han dialogado hoy Elvira Lindo y Ángeles González-Sinde en el Hay Festival de Segovia.

Ambas comparten pasión por el cine y la literatura y ambas son guionistas, un oficio ingrato con frecuencia porque una cosa es lo que se escribe y otra muy distinta lo que al final sale en la película.

De esa pasión hablaron hoy en la iglesia románica de San Juan de los Caballeros, llena hasta los topes y con el público entregado desde el principio.

González-Sinde, que además de guionista es directora de cine y escritora, y Elvira Lindo, que también es periodista y escritora hicieron reír a los asistentes, y los hicieron reflexionar, en un diálogo moderado por el periodista Luis Alegre.

Para situar la cuestión, Alegre contó "una anécdota poderosa", protagonizada por el escritor Boris Vian, que murió de un infarto en 1959 mientras asistía de incógnito en un cine de París al preestreno de la película basada en su novela "Escupiré sobre vuestra tumba".

"El cine es imprevisible porque es un arte en el que intervienen muchas personas, y lo frecuente es que la película sea mala o regular. Lo difícil es hacer una buena", decía Elvira Lindo (Cádiz, 1962), quien cree que los escritores deberían saber a qué se enfrentan cuando firman un contrato para adaptar a la gran pantalla una obra suya.

Los escritores, "a no ser que sean engañados, firman el contrato porque quieren y saben con qué productor y con qué director van a trabajar", comentaba Lindo, que, al igual que le sucede a González Sinde, ha escrito guiones sobre novelas y otros originales.

Ambas han trabajado juntas en "Una palabra tuya", película dirigida por González-Sinde (Madrid, 1965) y basada en la novela de Elvira Lindo ganadora del Premio Biblioteca Breve.

Las quejas de los autores, prosiguió Lindo, proceden con frecuencia del "lugar común" que supone creer que "la literatura es mejor que el cine".

Y no todas las novelas son buenas, "ni sirven para el cine, por mucho que los productores se empeñen a veces en adaptarlas", señaló González-Sinde, que fue ministra de Cultura en la anterior legislatura.

Además, una novela que haya conquistado a miles de lectores no tiene por qué funcionar en el cine. "No hay un público cautivo", aseguró González-Sinde.

Y Elvira Lindo contó su experiencia con la adaptación cinematográfica de su famoso personaje "Manolito Gafotas". Cuando firmó el contrato la "engañaron", el personaje dejó de pertenecerle "durante quince años" y la película no funcionó. En la segunda película ya no quiso participar.

A veces, contó la exministra de Cultura, le dan al guionista "novelas endemoniadas" o "llenas de gazapos" que en la lectura del libro pueden pasar inadvertidos pero no en una sala de cine.

Le sucedió con una novela de la escritora chilena Marcela Serrano, a la que hubiera querido "estrangular" porque daba la sensación de que no había releído la novela. Estaba llena de gazapos".

La crisis económica ha llevado a mucha gente a dejar de ir al cine o a no comprar libros, y Elvira Lindo presume que escritores que "hace quince años se habrían quejado de las adaptaciones de sus novelas, ahora estarían encantados, saliera como saliera la película".

"El guionista no manda en las películas", dejó claro Lindo, para quien hay críticos de cine que "olvidan eso" cuando atacan con dureza los guiones de alguna película.

Una y otra han tenido experiencias negativas con algunas críticas.

A pocos metros de su marido, el escritor Antonio Muñoz Molina, que asistió divertido a la charla, Lindo contó que el que hizo para la adaptación cinematográfica de la novela "Plenilunio" fue calificado de "cáncer" por el crítico en cuestión.

Al principio, la periodista gaditana se sintió "avergonzada", hasta que se dio cuenta de la culpable no era ella, sino "el director que cambió el guion".

"Yo no era el cáncer de la película. Menos mal que el autor (Muñoz Molina) no se queja porque son bienes gananciales", decía Lindo entre las carcajadas del público.

Cuando Ángeles González-Sinde leyó las críticas de su primera película también quedó desolada, pero el cineasta Carlos Saura le aconsejó que no las leyera "nunca" y así lo hizo desde entonces. "Ni las buenas ni las malas".

"El único capital que tienen el escritor y el guionista es la confianza en sí mismos, y esas críticas tan negativas te hacen perderla", aseguró la exministra.

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