Emili Teixidor, el maestro que enseñó a los más jóvenes qué era el pan negro

  • Hoy ha muerto en Barcelona un tejedor de palabras y maestro de la lectura, un hombre de una pieza que siempre defendió que leer por placer, sin buscar una utilidad concreta, llena las vidas de las personas, las forma y las transforma. En los últimos años, además, enseñó a los jóvenes qué era el pan negro de la postguerra.

Irene Dalmases

Barcelona, 19 jun.- Hoy ha muerto en Barcelona un tejedor de palabras y maestro de la lectura, un hombre de una pieza que siempre defendió que leer por placer, sin buscar una utilidad concreta, llena las vidas de las personas, las forma y las transforma. En los últimos años, además, enseñó a los jóvenes qué era el pan negro de la postguerra.

Hombre reservado al que no le gustaba hablar de su enfermedad, Emili Teixidor (Roda de Ter,1933 - Barcelona,2012) no ponía peros, en cambio, a resaltar la importancia del lenguaje. "Somos animales de lenguaje y, por tanto, las palabras son insustituibles", dijo.

Maestro de formación, amigo desde siempre del poeta Miquel Martí i Pol, llegó a Barcelona en 1958 desde su Roda de Ter natal y fundó con varios amigos la escuela Patmos, reconocida por su línea de renovación pedagógica.

Paralelamente a su trabajo en las aulas, Teixidor estudió Derecho, Filosofía y Letras y Periodismo.

Creyendo desde muy joven que "el país que no lea quedará atrasado", en sus clases solía aplicar pequeños trucos ante sus alumnos para atraerlos hacia el mundo del papel.

No escondía que en ocasiones llegaba ante su auditorio cargado con tres libros, pero hablaba sólo de dos, con lo que provocaba una gran curiosidad sobre el que no decía nada y que era, realmente, el que quería que conocieran los chavales.

Pedagógico en sus explicaciones, mantenía que tampoco era necesario que leyeran cada día muchas páginas. "Con una línea de poesía diaria es suficiente", dijo cuando pronunció el pregón de Sant Jordi del año 2007.

Creu de Sant Jordi en 1992, Emili Teixidor fue durante años conocido por el gran público gracias a sus apariciones en programas radiofónicos, donde recomendaba libros, y también en televisión, donde presentó "Mil paraules".

Además, hizo traducciones y guiones para la televisión y el cine, y quedó especialmente satisfecho por el resultado final de la película "Pa negre", que incluso le llevó a pisar suelo americano con una historia de la postguerra en la comarca de Osona, donde nació, en la que retrataba la crudeza del momento.

Autor de una extensa obra literaria, empezó a cultivar la letra en el papel en los años sesenta, cuando junto con Josep Vallverdú y Joaquim Carbó quiso llenar el vacío existente en el ámbito de la literatura infantil y juvenil en lengua catalana.

Galardonado con numeross premios, todavía participó este año en algunos actos de Sant Jordi y hoy ha trascendido que tenía muy avanzada una nueva novela, después de publicar en 2010 "Els convidats", donde desarrollaba una historia sobre lo que llamó "el fascismo catalán".

En la presentación de la obra defendió, precisamente, que los libros que tratan sobre la guerra o la postguerra española gustan porque los lectores de una cierta edad pueden rememorar momentos vividos y decir: "¡esto es cierto! o "¡Aún era peor!", mientras que los más jóvenes pueden descubrir retazos de la historia de su país. EFE.

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