Enrique Ponce triunfa nuevamente en la Feria de Lima

  • El diestro español Enrique Ponce ha sido el triunfador de la tercera corrida de la feria del Señor de los Milagros que se celebra en la plaza de toros de Acho.

Jaime de Rivero

Lima, 10 nov.- El diestro español Enrique Ponce ha sido el triunfador de la tercera corrida de la feria del Señor de los Milagros que se celebra en la plaza de toros de Acho.

El torero valenciano cortó dos orejas, alternando con Sebastián Castella (oreja y oreja) y Alfonso de Lima ( aplausos y aplausos), ante un buen encierro de la ganadería de Roberto Puga, completado con un pésimo ejemplar de Santa Rosa de Lima.

Ponce ha alcanzado su onceava puerta grande de Acho, tras cortar las orejas al cuarto de la tarde, con una faena plena de conocimiento, maestría y valor, en la que pudo superar las complicaciones del astado al que toreó con mucho temple, dándole espacio y tiempo con la muleta.

Entre clamores del público, su faena fue premiada con dos orejas. El que abrió plaza, de la ganadería Santa Rosa de Lima no se prestó para ningún lucimiento, mostrando mucho peligro.

Sebastián Castella cortó una oreja a cada uno de sus toros y salió a hombros. El segundo era serio pero pegajoso que requería torearlo hacia afuera tocándolo para no echárselo encima.

Castella aprovechó el buen pitón derecho, siempre acompañándolo porque el toro tendía a quedarse corto, logrando buenas series de muletazos. Una estocada en lo alto y un descabello sentenciaron la primera oreja.

El quinto fue un toro noble, con mucha presencia y mucha clase en la embestida. Castella supo explotar esas virtudes, sobre todo el gran pitón izquierdo. Una estocada trasera y caída redujeron su labor a una sola oreja.

Alfonso de Lima tuvo el mejor lote con el que supo salir adelante.

El sexto fue un gran toro, bravo y codicioso, con el que diestro limeño estuvo dispuesto en todo momento. El propio matador picó al toro para luego instrumentar un ovacionado quite por navarras que encendieron los tendidos.

Con la muleta aprovechó la nobleza impar de este gran ejemplar, llevándolo toreado por debajo en varios pasajes. Una estocada perpendicular y dos descabellos truncaron el triunfo.

Con el tercero también logró muletazos de buena factura, sin lograr armar la faena que el animal permitía.

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