Enrique Ponce vuelve mañana a Las Ventas tras cinco años de ausencia

  • Javier López.

Javier López.

Madrid, 14 may.- Cinco años han pasado desde que Enrique Ponce hiciera su último paseíllo en Las Ventas, pero mañana, festividad de San Isidro, el maestro de Chiva (Valencia) regresa a Madrid para conmemorar sus 25 años de alternativa como matador de toros.

Ponce vuelve a la Monumental de Las Ventas para confirmar el doctorado a David Galán, hijo del malogrado matador de toros Antonio José Galán, en un cartel que completa el francés Sebastián Castella y los toros de Victoriano del Río, ganadería triunfadora de San Isidro en 2013.

La afición de Madrid, tan dura con Ponce en muchas ocasiones en el pasado, ha acogido con interés este esperado regreso del valenciano, al que exigirá y valorará con el mismo rasero de siempre, como si los años no hubieran pasado.

Y es que Ponce fue, es y será un torero distinto a los demás, de una técnica, una plasticidad y una elegancia en sus formas fuera de lo común, virtudes que poseen su contrapunto en la falta de hondura de la que, en ocasiones, suele pecar, algo que los exigentes tendidos de Las Ventas le han censurado muchas veces.

Pero Ponce es una gran figura del toreo, la más importante, posiblemente, de todas las que hay en la actualidad, pues los innumerables triunfos cosechados en todas y cada una de las plazas españolas, incluida Las Ventas, de donde ha salido tres veces por la Puerta Grande, y el mantenerse en la cúspide del toreo a lo largo de 25 temporadas seguidas dicen mucho de su incuestionable maestría.

De todas las tardes de gloria protagonizadas en Madrid, siempre se recordará aquella faena al bravo toro "Lironcito" de Valdefresno de 1996, posiblemente la más emocionante de su carrera en Madrid, o aquella otra con tintes históricos de 2002 en la que cortó tres orejas y abrió la que es, hasta hoy, su última Puerta Grande en Madrid.

Desde aquella tarde la relación de Ponce y Madrid fue decayendo, posiblemente eclipsado por la aparición de nuevos valores taurinos, o quizás también por la ausencia de triunfos sonados desde aquel "portazo" de 2002.

El caso es que tantas diferencias pudieron llevar a Ponce a declinar volver a anunciarse en la primera plaza del mundo, toreando su última corrida en Madrid un 21 de mayo de 2008 junto a Sebastián Castella y Morenito de Aranda, con ganado de Alcurrucén.

Nunca se desvelaron los verdaderos motivos de esta decisión ni por parte del torero ni por la empresa madrileña, que siempre achacaba su ausencia en los San Isidro posteriores a una falta de entendimiento entre ambos.

Pero el tiempo ha pasado, los problemas se han dejado a un lado, y la buena noticia es que Ponce regresa mañana a Madrid en uno de los carteles de mayor expectación del ciclo, justo en el día de San Isidro, el 15 de mayo.

Solo toreará esa tarde en el ciclo, ninguna más, y la duda será si ésta será la de su despedida definitiva de Madrid o si volverá el año que viene, preguntas que sólo él conoce y que difícilmente desvelará, al menos que lo tenga ya muy claro.

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