Eric Whitacre: "Disfruto tanto de Christina Aguilera como de Beethoven"

  • Javier Herrero.

Javier Herrero.

Madrid, 30 abr.- El compositor y director estadounidense Eric Whitacre muestra estos días en España su forma de entender la música clásica, una noción técnica a la vez que "emotiva" y nada "clasista", lo que le lleva, confiesa, a disfrutar tanto de Christina Aguilera como de Beethoven.

La plasmación de esa forma de interpretar y concebir la música podrá disfrutarse esta noche en el Auditorio Nacional, durante un concierto en el que este afamado director coral coordinará a un grupo de estudiantes que han seguido sus enseñanzas en un taller a lo largo del pasado fin de semana.

Ofrecerán en directo creaciones de Aaron Copeland y también suyas, contenidas en sus dos primeros discos junto al sello Decca: "Light & Gold", por el que recibió un premio Grammy, y el más reciente "Water Night", que contiene una pieza del mismo nombre compuesta a partir de un poema de Octavio Paz.

Poco más de 45 minutos tardó en musicar aquellas palabras, algo inédito en quien se acostumbró a luchar para conciliar métrica e inspiración, guiado más por la autoexigencia que por cualquier otra norma establecida.

"El descubrimiento de Octavio Paz fue para mí como la Biblia. Llegó en el momento oportuno para mí", cuenta Whitacre, que se vio impelido a probar estructuras musicales y corales poco usuales.

"Fue un punto de no retorno para mí. Después de eso, aprendí a dejarme llevar mucho más", añade sobre una experiencia creativa que recuerda como "liberadora" y "honesta".

No son de extrañar esas declaraciones en un hombre que reconoce que la música clásica es a veces "muy rígida y formalista".

"Yo amo todos los tipos de música. Puedo escuchar y disfrutar tanto de Christina Aguilera como de Beethoven. No tengo ninguna noción clasista", dice este autor, que ha extendido su campo de acción al cine, el teatro musical e Internet, donde ya ha montado varias veces un exitoso coro virtual a través de YouTube.

La trayectoria de Whitacre, que ha vendido millones de copias de en todo el mundo, se caracterizó hasta los 18 años por el autoaprendizaje, dotando a los distintos conceptos musicales de una terminología personal.

"El lenguaje que desarrollé y que aún utilizo internamente es un lenguaje emocional y lírico", afirma quien, como maestro, trata de que sus estudiantes aprecien la excepcionalidad técnica de una construcción tanto como su aspecto emotivo.

"Si escribo una sencilla nana como "Goodnight, Moon" -contenida en "Water Night"- y percibo que suena como una canción de Disney, no lo veo como un problema. Simplemente intento que suene lo mejor posible. Si tiene que sonar como una canción de Disney, quiero que suene como la mejor canción de Disney", sentencia.

"Water Night" y "Light & Gold", los dos primeros discos en los que asumió la dirección de sus composiciones, le permitieron crecer como músico y conseguir que éstas sonasen tal y como pretendía, incidiendo por ejemplo en la dicción del coro para que actuase casi como una "caja de ritmos".

Opina que "hacer un gran álbum es como hacer una gran película".

"Si el guión es bueno y el reparto también, no tienes que hacer mucho más como director. Así que lo que intento es eso, que mi coro y mi orquesta constituyan la mejor elección, como tener a Meryl Streep en todos los papeles", dice.

En "Water Night" intentó además que el sonido resultase "mucho más acústico" y que la música sonase "más amplia". Lo que no fue consciente, asegura, fue la dimensión más espiritual, algo que relaciona con su reciente paternidad.

"Pensaba que la gente cree en Dios porque tiene miedo de morir. Entonces tuve un hijo y me di cuenta de que hay religiones porque la gente teme por sus niños. La paternidad te hace algo más vulnerable y ha hecho que me abra más hacia esa espiritualidad", confiesa.-

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