Espectacular Melody Gardot en una brillante noche con Marc Ribot

  • Espectacular Melody Gardot en la segunda jornada del 47 Festival de Jazz de San Sebastián. La cantante estadounidense ha derrochado, además de una voz impresionante, talento, sensualidad y sofisticación.

Ana Burgueño

San Sebastián, 21 jul.- Espectacular Melody Gardot en la segunda jornada del 47 Festival de Jazz de San Sebastián. La cantante estadounidense ha derrochado, además de una voz impresionante, talento, sensualidad y sofisticación.

Gardot ha cerrado este viernes una memorable velada en la plaza de la Trinidad, la primera de esta edición, que abrieron Marc Ribot y Los Cubanos Postizos con un formidable concierto que puso el listón muy alto.

El descanso se alargó más de lo habitual. Ya se oían silbidos entre el público cuando apareció la cantante y con un espiritual hizo el silencio. Era el magnífico prólogo de lo que estaba por venir.

A partir de ahí se sucedieron temas, fundamentalmente de "My One and Only Thrill", su segundo disco, y de "The Absence", el tercero y último, en los que Gardot ha pasado por el jazz, el blues y también los sonidos brasileños, como en la bonita "Lisboa", que ha interpretado al piano, al igual que "Goodbye".

Con la guitarra, sentada, ha interpretado "Baby I'm a fool" y de pie, ante el micrófono, ha cantado la mayoría de los temas, jugando de maravilla con maneras de diva.

Y metida totalmente en el papel, esta chica que en febrero cumplió 27 años, ataviada con un tocado que ocultaba su pelo rubio, un vestido entre rojo y salmón, primero, y uno negro después, ha dicho con temas como "Les Etoiles", "So We Meet Again My Heartache" y "Mira" que puede hacer lo que quiera con su voz.

Hasta su particular "scat", en una mezcla ininteligible de palabras en inglés y francés, sin descuidar un segundo los gestos, que también tiene mucho de teatral.

Tanta atención capta que sus músicos, que la arropan perfectamente, quedan eclipsados. Las miradas que busca, desde luego, van para ella.

Con "Iemanja", coreada por el público, ha enviado "abrazos" y "besos" y ha dicho adiós, para regresar y dejar como obsequio en los bises una versión de "Fever" y otra, preciosa, de "Somewhere over the Rainbow".

Antes, Marc Ribot presentaba su vuelta al Heineken Jazzaldia con su proyecto de Los Cubanos Postizos. Tras un enérgico inicio, el guitarrista de New Jersey y su grupo han conducido a la audiencia por los sones cubanos, por algunas de las composiciones de Arsenio Rodríguez, al que han dado las gracias "allá donde esté".

Han funcionado como un reloj, en un soberbio ensamblaje, y han logrado lo que pretendían cuando invitaron al público a "gozar".

Los conciertos de taquilla los abría este viernes el batería Jimmy Cobb, unas horas después de recibir el premio Donostiako Jazzaldia, en el teatro Victoria Eugenia.

Este hombre, el único superviviente de la mítica grabación del "Kind of blue" de Miles Davis, estaba acompañado por los experimentadísimos Joey DeFrancesco, al órgano y también a la trompeta, y por Larry Coryell, que además ha ejercido de maestro de ceremonias, quizá porque habla más o menos español.

Coryell ha protagonizado uno de los momentos estelares de la sesión con una divertida y magistral versión "loca" de "El Bolero" de Ravel.

El maestro Cobb, de 83 años, estaba hoy más por dejar hacer, aunque regalando algunos destellos, eso sí, de su "swing" y un solo, como un guiño, de "I still alive".

Además del premio a Cobb, esta noche en "la Trini" ha tenido lugar la entrega de un Donostiako Jazzaldia honorífico e "in memorian" a Pierre Lafont, uno de los fundadores del Festival, fallecido el pasado día 3 en San Juan de Luz (Francia), que ha recogido su viuda, Francette Lafont.

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