Espinosa necesitó del reposo del guerrero para sobreponerse al cansancio

  • El escritor Albert Espinosa necesitó del "reposo del guerrero", que Random House Mondadori le preparó el día de Sant Jordi, para poder sobreponerse al cansancio acumulado no sólo hoy sino en los últimos días en los que visitó librerías de Lleida y Tarragona.

Jose Oliva/Irene Dalmases

Barcelona, 23 abr.- El escritor Albert Espinosa necesitó del "reposo del guerrero", que Random House Mondadori le preparó el día de Sant Jordi, para poder sobreponerse al cansancio acumulado no sólo hoy sino en los últimos días en los que visitó librerías de Lleida y Tarragona.

Los periodistas asistían hoy atónitos al ritmo endiablado que se impuso Espinosa firmando ejemplares de su última novela, "Brújulas que buscan sonrisas perdidas", a diez libros por minuto, prácticamente el doble que su compañero de mesa, un más relajado Carlos Ruiz Zafón, que con unas nuevas gafas estilo Harry Potter incluso se entretenía con los lectores.

Confesaba Espinosa que estaba "un poco petado", aunque después de darse un baño de sales a la hora de comer había recuperado fuerzas.

El creador de "Pulseras rojas" no sólo firmaba ejemplares, sino que también recibía 'regalos' de sus lectores/seguidores, presentes como discos de música, cartas, pinochos y peticiones que llegaban a sonrojarle, como ha confesado, cuando le decían que les encantaba la serie televisiva o el libro.

"En mis cuatro Sant Jordis nunca había visto tanta gente", ha comentado el autor superventas que continuará el periplo de promoción de su novela por toda España y que ya piensa en los dos fines de semana que estará firmando en la Feria del Libro de Madrid.

Las ventas no son una preocupación para Espinosa, quien, siguiendo su filosofía de vida, declara: "si figuro entre los más vendidos, muy bien, y si no, no me preocupa, porque cuando te pasa una cosa mala, luego suceden tres buenas".

El oasis que ha supuesto este Sant Jordi en medio de la crisis que vive la economía española venía refrendado por la sentencia de Javier Cercas: "los libros no entienden de crisis".

Aunque el presidente de la Generalitat, Artur Mas, había pedido a la gente que comprara el "Manual para la independencia", cuando hoy visitó la librería francesa Jaimes, recientemente inaugurada en su nuevo emplazamiento de la calle Valencia, finalmente hizo que su mujer le regalara la biografía de Salvador Espriu, escrita por Agustí Pons.

Antes de la compra, el ilustre lector ha tenido tiempo para recitar unos versos en francés de Alphonse de Lamartine y de Victor Hugo, recordando viejos tiempos de su educación francófona.

Si los libreros esperaban este Sant Jordi repetir, al menos, la facturación del pasado año, editores como Xavier Mallofré o Claudio López Lamadrid preferían mostrar "un optimismo contenido".

El resumen perfecto de la jornada lo ofrecía Rafael Santandreu, autor de "El arte de no amargarse la vida", cuando decía que "además de la crisis económica, vivimos una crisis emocional y, por esa razón, un día como Sant Jordi ayuda a que tengamos más cordura y nos proporciona una fiesta colectiva, porque los estallidos de indignación, aunque necesarios, nunca son buenos".

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