¿Está España preparada para ver una serie sobre el 11-M?

  • Telecinco estrena este lunes a las 22:00 horas el primer capítulo de una miniserie basada en los atentados terroristas que sufrió Madrid en 2004. Muchos se preguntan si es conveniente una 'tv movie' de este tipo y sobre todo, si España está preparada para algo así. Hablamos con diferentes expertos y con uno de sus creadores para poner las cartas boca arriba.
Ylenia Álvarez

España entera querría borrar las imágenes y el sonido de ese 11 de marzo fatídico. Ese día frío de final del invierno de 2004 en que todo el país, de una manera u otra, viajaba en cuatro trenes. Recordarlo, sea con respeto, con humildad, con rigor…  a priori, resulta doloroso.

Por eso que una televisión tenga la oportunidad de emitir en horario de máxima audiencia una miniserie sobre este día ha sido criticada antes de ver la luz. Muchos se preguntan si es conveniente una 'tv movie' de este tipo y sobre todo, si España está preparada para algo así.

Telecinco estrena este lunes a las 22:00 horas el primer capítulo de una miniserie basada en estos hechos. Dos días después, el miércoles, emitirá la segunda parte.

La televisión en España y el momento que vive

En Estados Unidos, sin embargo, se televisaron en su momento varias series sobre el 11-S y no hubo un gran revuelo, pero al final su forma de enfrentarse al terrorismo y su forma de hacer televisión es otro cantar. Ellos están acostumbrados al docudrama y a hacer ficción de cualquier cosa. En España, las cosas son bien distintas.

Celestino Jorge López Catalán es periodista y profesor del Departamento de Teoría e Historia de la Televisión en la Universidad de Valencia y cree que esa es "una de la grandes carencias de la televisión española: la falta de conexión con la realidad, porque todos somos muy divertidos y todos tenemos mucha gracia, pero la vida no es una comedia".

"Los grandes países que producen ficción televisiva tienen éxito en todo el mundo porque son capaces de captar la realidad de su sociedad y trasladarla a muchas formas de televisión. La comedia, por supuesto, el entretenimiento… pero también el drama, y por qué no el terror. Cualquier aspecto de la realidad puede ser tratado de muchas maneras", afirma Celestino.

Sin muertos ni sangre

Pero lo cierto es que los que han criticado la serie no saben que no muestra prácticamente nada de lo sucedido ese día. No hay muertos, ni cuerpos, ni sangre. De hecho, Telecinco ha afirmado que diferentes asociaciones han visionado ya la teleserie y han quedado satisfechas.

Carlos López, productor y guionista de este tv movie (producida por Plural Entretaintmet), cuenta cómo nació la idea: "Hace ahora dos años me plantearon la posibilidad de escribir una miniserie sobre los atentados del 11-M. Creíamos que había llegado el momento para una reconstrucción en formato de ficción, otras productoras andaban dándole vueltas a la misma idea y ya existían varias películas sobre el 11-S y enseguida decidimos que la serie acabaría en el momento exacto de la primera explosión en Atocha."

"No veríamos ni un solo herido, ni una sola gota de sangre. Se trataba de contar qué pasó los nueve meses anteriores, lo que la Justicia da por probado en sentencia firme sobre la gestación del atentado. A partir de la explosión, todos tenemos un recuerdo personal de lo que pasó ese día y los días siguientes. Pero, ¿cuánto sabemos de todo lo que sucedió antes del 11 de marzo?", remarca.

La serie está exclusivamente basada en la sentencia 65/2007 de la Audiencia Nacional y en el fallo 503/2008 del Tribunal Supremo. Contiene también algún elemento de ficción basado en tramas personales pero no sobre los sucesos acontecidos los meses previos a los atentados.

Más allá de la documentación formal

Sin embargo, para Ubaldo Cuesta, catedrático de Psicología Social de la Comunicación y director del departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad II de la Universidad Complutense de Madrid, documentarse bien es un término muy amplio.

"Documentarse quiere decir no solamente acudir a fuentes serias: inteligencia, cuerpos de seguridad, sociólogos, etc., si no también ir a las personas que han sufrido esto. Acudir a todas las fuentes fiables y serias. Es como cuando se hacen programas sobre medicina o programas con minorías o gente discapacitada: lo importante es hablar con ellos para saber cuáles son sus sensibilidades, para que el propio creador no utilice sin darse cuenta sesgos propios o esté enviando mensajes que a él le parece que van a ser positivos y que en cambio están perjudicando a los receptores", señala.

¿Sobre-sensibilización?

Para él se corre el riesgo de caer en lo que ha denominado como una "sobre-sensibilización" y pone el siguiente ejemplo: "Es como cuando una persona es alérgica: cuanto más se expone al estímulo, más sensible se hace".

"Muchas personas próximas al terrorismo: familiares, amigos, etc. pueden desarrollar algo parecido al síndrome postraumático, que es algo muy parecido a ser especialmente sensibles y eso les hace tener un mecanismo de defensa perceptual, por así decirlo. Hay que ser muy respetuoso con estas cosas y muy cuidadoso", añade.

Y sobre todo, Cuesta recalca que hay que mantener las premisas de todo el discurso televisivo: informar, formar y entretener.

"Hay algunos temas que son extraordinariamente difíciles de tratar para conseguir realmente formar e informar al mismo tiempo que entretener. Difícilmente se pueden tocar desde otro género que no sea el del cine documental o el docu-drama, pues no  sé si habrá alguien con suficiente capacidad, inteligencia, talento, etc. como para crear una miniserie respecto a terrorismo que realmente cumpla las condiciones que estamos hablando", señala.

Carlos López es consciente de lo que supone un proyecto como este: "Hemos hecho la serie con todo el respeto del mundo: respeto a la historia que teníamos que contar; respeto a los espectadores; y  por supuesto, respeto a las víctimas".

"Respetuosa y verosímil"

"Todas las asociaciones de víctimas han visto la serie y la han calificado de respetuosa y verosímil. Es la primera película sobre el 11-M y sé que unos nos exigen que seamos neutros y otros nos exigen que contemos su versión. No pretendemos gustar a todo el mundo, eso es imposible, pero esta serie es necesaria, por eso la hemos hecho", recalca el guionista.

"Aunque no hay un solo plano violento, sé que para algunos puede ser doloroso recordar. Pero precisamente por respeto a las víctimas tenemos que contarlo. Es mucho más doloroso permitir que caiga en el olvido o que sólo se cuenten, una y otra vez, las versiones que ponen en entredicho la investigación judicial", deja caer.

Sin juzgar si es conveniente o no la creación de una serie de este tipo, lo único cierto es que para hablar del enfoque y el tratamiento de los hechos, lo único válido es visionar los dos capítulos. Reflexiones, después.

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