Fassbender, mucho más que el nuevo actor de moda

  • Venecia (Italia).- El cine actual sólo busca grandes éxitos de taquilla y son ese tipo de guiones los que le llegan a Michael Fassbender que, sin embargo, asegura en una entrevista en Venecia que busca "personajes ambiguos y bien escritos" y, sobre todo, trabajar en proyectos que le permitan aprender.

Fassbender, mucho más que el nuevo actor de moda
Fassbender, mucho más que el nuevo actor de moda

Venecia (Italia).- El cine actual sólo busca grandes éxitos de taquilla y son ese tipo de guiones los que le llegan a Michael Fassbender que, sin embargo, asegura en una entrevista en Venecia que busca "personajes ambiguos y bien escritos" y, sobre todo, trabajar en proyectos que le permitan aprender.

Así lo señala el actor alemán en una entrevista en Venecia con un reducido grupo de medios de comunicación, entre ellos Efe, tras presentar a concurso dos filmes, "Un método peligroso", de David Cronenberg, y "Shame", de Steve McQueen, con los que ha reforzado su posición como actor de moda pero no de paso.

"En este trabajo hay muchas distracciones y yo trato de obviarlas y mantenerme en una línea sencilla", explica un sonriente Fassbender, satisfecho de los trabajos que ha estrenado en Venecia y contento de que el éxito no le llegara demasiado pronto.

Nacido hace 34 años en Heidelberg (Alemania) pero criado en Irlanda, Fassbender se trasladó joven a Estados Unidos, donde tuvo una primera y gran oportunidad en 2001 al participar en la serie televisiva "Hermanos de Sangre", producida por Steven Spielberg y Tom Hanks.

Pero pese a que todos, incluido él, pensaba que aquello era el punto de partida de una carrera fulgurante, no lo fue. Al menos no de forma inmediata.

"Aprendo lecciones en cada trabajo y 'Hermanos de Sangre' era un gran proyecto", afirma el actor, que considera positivo el hecho de que no le llegara el éxito en aquel momento. "Cuando eres joven hay muchas cosas que pueden distraerte. Ahora no".

Porque si con aquel proyecto televisivo, Fassbender no consiguió lo que buscaba, sí lo hizo con "Hunger" (2008), la ópera prima de Steve McQueen.

"Sabía que 'Hunger' era una oportunidad y tenía que hacer algo. Alguien dejó la puerta entreabierta y yo metí el pie", comenta divertido. Se trata, agrega, "de estar en el momento justo en el sitio justo, una cuestión de 'timing'".

De ahí salió el proyecto que le situaría en la primera plana del mundo cinematográfico, "Inglorious bastards", de Quentin Tarantino. Y desde ese momento, sí, ya todo fue rodado.

Los proyectos se encadenaron y hasta se permitió el lujo de participar en una película con el único objetivo de reventar la taquilla.

"Quería hacer una película de estudio y 'X-Men' fue el guión más interesante de este tipo, con personajes más complejos de lo habitual y además una saga con seguidores en todo el mundo", explica el actor, impecablemente vestido de traje gris y camisa blanca y aparentemente inmune al calor y la terrible humedad de Venecia.

Con "X-Men: Primera generación", el rostro de Fassbender se hizo aún más reconocible y con ese bagaje llegó a Venecia, con dos de las películas en competición más esperadas de esta 68 edición.

En "Un método peligroso" interpreta al psiquiatra y psicólogo suizo Carl Gustav Jung en una historia que le enfrenta a su maestro, Sigmund Freud (interpretado por Viggo Mortensen) y que cuenta su relación con una paciente, a la que da vida Keira Knightley.

"Parte del trabajo de un actor es entender lo que motiva a la gente, preguntarte sobre ti mismo y sobre cómo la gente entiende ciertas cosas", señala Fassbender, que para acercarse a Jung tuvo que leer mucho y contó con la ayuda de su hermana, neuropsicóloga.

Esa relación maestro-alumno entre Freud y Jung se refleja en la película y el actor se siente plenamente identificado con ella ya que le gusta la compañía de la gente mayor, oír sus historias y considerar como figura paterna a cualquiera que haya vivido más que él y de quien pueda aprender.

"Me gusta la idea de que todos nos necesitamos", resalta Fassbender, que recuerda cómo, una vez en Barcelona, perdió su cartera cuando iba de camino al aeropuerto y una joven le dio dinero para poder coger el tren.

Una necesidad del otro que se ve reflejada muy duramente en la segunda película que ha presentado en Venecia y con la que ha encandilado a la crítica, "Shame", una historia de adicción al sexo, de soledad y de problemas de adaptación social.

"Ha sido un trabajo muy duro (...) Te deja mentalmente exhausto. Tuve que mantener una gran disciplina durante semanas para no salirme del personaje. Fueron cinco semanas de rodaje de un personaje con muchos problemas y que no es bueno para sí mismo. Fue muy intenso", resume.

Un ejemplo más de que a McQueen le gusta tratar temas "con los que a nadie le gusta lidiar" y que suponen un continuo desafío para los actores con los que trabaja.

Y mientras no rueda, Fassbender no para de buscar cosas que hacer. La última, un viaje en moto con su padre por Sarajevo.

Por Alicia García de Francisco

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