Fernando Villaverde saca de las sombras a "El esclavo de Velázquez"

  • Concha Carrón.

Concha Carrón.

Madrid, 23 sep.- El editor y traductor Fernando Villaverde siempre se había sentido "atraído" por el "fascinante" retrato que Diego Velázquez hizo en 1650 de Juan de Pareja, siervo de origen morisco del pintor sevillano durante muchos años, al que ahora saca de las sombras con su novela "El esclavo de Velázquez".

En la obra, publicada por Suma de Letras, Villaverde reconoce que no ha tenido que investigar mucho sobre la vida de Velázquez, su "pintor favorito", al haber trabajado mucho como editor y traductor de publicaciones relacionadas con el artista, lo que hace que le conozca "muy bien", según cuenta en una entrevista con Efe.

A sus 62 años, el editor y traductor se ha animado a escribir su primera novela como autor. Lo hace no con Velázquez como protagonista, sino con su esclavo Juan de Pareja y el cuadro que el sevillano pintara de él por lo que tiene "de insólito" que, en esa época, se retratara "en solitario" a un esclavo.

Es precisamente esa singularidad la que lleva a Villaverde a la deducción de que tras el cuadro hay "mucho más" que una relación de amo y esclavo, algo más parecido, a su juicio, a una relación "de afecto, de amistad" en la que se aprecia "la humanidad" de Velázquez para con un esclavo al que, poco después de pintarle en Roma, le concedería la "carta de libertad".

"Es un regalo del sevillano a su esclavo; le retrata poco antes de dejarle libre porque le tiene cariño", asegura el escritor, quien considera "una bobada" las voces que apuntan a que Velázquez solo quería "entrenar" al pintar a su siervo, y recuerda que el retrato de Juan de Pareja lo pintó "en su madurez", por lo que -dice- "ya no necesitaba entrenarse".

El relato histórico trazado por Fernando Villaverde (Madrid, 1952) recrea la vida del morisco Juan de Pareja, y mezcla datos inventados con los pocos datos reales que se tienen de él, como sus años al servicio de Velázquez como esclavo y el hecho de que, a su libertad, se convirtió también en pintor.

De hecho, la personalidad de Juan de Pareja (Antequera, 1610 - Madrid, 1670) trazada en el libro "es toda ficción", según su creador, quien deduce que el esclavo empezó sirviendo en la casa del sevillano para después acompañarle a diario en su taller y también durante sus largas horas en la Corte española como pintor de la realeza.

"El del criado es un cuadro muy singular desde muchos puntos de vista", según Fernando Villaverde, quien recuerda que aunque en la época era algo "absolutamente normal" tener esclavos, ningún artista de entonces retrató en sus pinturas a un esclavo a excepción de Velázquez.

El libro está narrado a dos voces, diferenciadas en el mismo con distinto tipo de letra, una primera que recoge las reflexiones de Juan de Pareja, y su "incredulidad" al ser pintado por su amo, que se combina con otra voz, de un narrador, en la que se va contando la vida del esclavo, lo que hace que el lector asista casi como espectador al proceso de elaboración del retrato.

También se recoge la posterior faceta del esclavo como pintor, en la que -según Villaverde- "era correcto pero no brillante", y del que se conservan algunas obras en distintos museos, como el de El Prado, dónde se exhibe su "Vocación de San Mateo", fechada en 1661.

"El esclavo de Velázquez" va a ser traducida al inglés, al tratar sobre un cuadro "mucho más conocido en EE.UU. que en España". También recuerda que el retrato de Juan de Pareja se exhibe en el Metropolitan de Nueva York desde que lo adquiriera a una colección particular en 1972, y señala que en España solo se ha podido ver en la exposición de Velázquez que El Prado organizó en 1990.

Tras la lectura de la obra, Villaverde desearía que los lectores se quedaran con la idea del "grandísimo pintor que era Velázquez", un artista del que -asegura- "se sabe muy poco" y del que él elabora un retrato "muy personal, casi doméstico".

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