El éxito de Enthoven y Guédiguian refuerza las señas de identidad de Seminci

  • El triunfo del belga Geoffrey Enthoven y del francés Robert Guédiguian, Espiga de Oro y de Plata de la 56 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), ha reforzado las señas de identidad de un certamen que siempre se ha distinguido por el realismo social, el compromiso y los valores humanos.

Roberto Jiménez

Valladolid, 29 oct.- El triunfo del belga Geoffrey Enthoven y del francés Robert Guédiguian, Espiga de Oro y de Plata de la 56 Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), ha reforzado las señas de identidad de un certamen que siempre se ha distinguido por el realismo social, el compromiso y los valores humanos.

Ambos premiados simbolizan también el afán de la Seminci, desde su origen, de conjugar la presencia de cineastas consagrados, caso de Robert Guédiguian, con la promoción de jóvenes valores que dan sus primeros pasos y precisan de un impulso, como ha ocurrido con Geoffrey Enthoven después de su tercera comparecencia en Valladolid.

"Hasta la vista", la cinta ganadora, cerró ayer mismo las proyecciones a concurso del festival, en cuyo palmarés figura también la joven española Paula Ortiz -galardonada con el Premio Pilar Miró al Mejor Nuevo Director ("De tu ventana a la mía")-, y sorprende la ausencia del italiano Nanni Moretti, que abrió el festival con "Habemus Papam", protagonizada por Michel Piccoli.

Han ganado las dos mejores películas del festival, como demuestra la unánime aceptación de la crítica y del público asistente a ambas proyecciones, y como ha rubricado, no sólo el jurado internacional, sino también el de la Juventud, que también ha distinguido "Hasta la vista", de Enthoven, y el del Público, que ha premiado a "Las nieves del Kilimanjaro", de Guédiguian.

La primera narra los avatares de tres jóvenes minusválidos físicos, uno casi ciego y los otros postrados en una silla de ruedas, que, a espaldas de sus padres, deciden escaparse a España en un viaje de amistad para iniciarse en el sexo, que al final se convierte en un encuentro de cada uno consigo mismo y entre ellos.

"Es una película muy realista, que habla del deseo y de la amistad. Habla de la crueldad de la vida, que es muy dura cuando parece que todo lo tienes en contra, pero también de las posibilidades que ofrece y de la oportunidad de disfrutarla", ha explicado Enthoven a los informadores tras conocer el fallo.

Guédiguian, viejo cómplice del festival de Valladolid, que ganó en 2000 con "La ciudad está tranquila", era una de las apuestas seguras de la organización para sostener una edición mermada por la crisis económica no sólo en su programación sino en su estructura.

El realizador marsellés, de padre armenio y madre alemana, ambienta en el barrio portuario de su Marsella natal un filme que transita entre la comedia y el drama, y que por momentos se asoma al abismo de la tragedia.

La crisis económica obliga al sindicato de trabajadores de un astillero a aprobar la oferta de veinte despidos para evitar el cierre, a través de un sorteo en el que resultan elegidos, entre otros, el representante de los trabajadores y un joven empleado en situación marginal, envueltos más tarde en una turbia relación.

Guédiguian traslada al siglo XXI el espíritu de reivindicación y solidaridad que rezuma el poema de Víctor "Les pauvres gens" ("La gente pobre"), a través de un largometraje que no concede ni un respiro al espectador al someterle a un continuo torrente de interrogantes en función de las situaciones que se suceden.

Otros directores consagrados que han concursado en Valladolid, caso del chino Zhang Yimou, se han tenido que conformar con premios menores, como el de Mejor Actriz, que ha recaído en Zhou Dongyou por su papel en "Amor bajo el espino blanco", e incluso los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, con una mención especial al menor Thomas Doret por su papel protagonista en "El niño de la bicicleta".

Los mejores actores, en premio compartido, han sido Brendan Gleeson por "El guardia", del británico John Michael MacDonagh, y Patrick Huard, por "Starbuck", del canadiense Ken Scott.

A pesar de los tiempos que corren, el director de la Seminci, Javier Angulo, cree que la de este año ha sido una buena edición y que las películas galardonadas han sido las que más han gustado.

La cifra de espectadores ha superado ligeramente los 55.000 de registrados en 2010 y la edición del año que viene tendrá como país invitado a México dentro de un formato similar al actual. EFE

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