El Festival de Cans combina identidad y productos audiovisuales gallegos

  • El glamour, la alfombra roja o los diseños más espectaculares y llamativos no tienen hueco en el festival de Cans, que se celebra en O Porriño (Pontevedra) desde hace ya once años, pero sí el humor, ya que se combinan a partes iguales, en un cóctel explosivo, "identidad" y "productos audiovisuales gallegos".

Patricia Pernas

O Porriño (Pontevedra) 24 may.- El glamour, la alfombra roja o los diseños más espectaculares y llamativos no tienen hueco en el festival de Cans, que se celebra en O Porriño (Pontevedra) desde hace ya once años, pero sí el humor, ya que se combinan a partes iguales, en un cóctel explosivo, "identidad" y "productos audiovisuales gallegos".

Una tarde de sol con buenas temperaturas y miles de asistentes ha sido el cierre de jornada perfecto para la undécima edición del festival que más impulso da al "agroglamour" más gallego y más peculiar de la Comunidad.

"Empezó como una broma", recuerda para Efe Alfonso Pato, director y organizador de este evento único. Pero, tras la primera edición, que se celebró en 2004, su éxito y su repercusión han ido creciendo a pasos agigantados.

Su objetivo no dista mucho de su casi tocayo, el Festival de Cannes, que se celebra en la Costa Azul francesa, "acercar la cultura y el cine", pero con un sello propio, de una forma diferente o por lo menos inusual, que llama la atención.

Niños, adolescentes, adultos y no tan jóvenes conviven y disfrutan en un espacio singular, especial y extraordinario, marcado por la recuperación de símbolos propios de la realidad gallega de antaño: cobertizos, bodegas, gallineros, establos, huertos y "leiras" (fincas) recobran una visión particular, convirtiéndose en improvisados escenarios.

"Los visitantes que se acercan se quedan sorprendidos y llevan una impresión grata", explica Pato. Un festival que transmite una visión diferente de la cultura y la identidad de Galicia, lo que establece la diferencia y crea una "marca propia" que encanta y engancha.

Dolores es uno de esos ejemplos. Luguesa de adopción, esta extremeña afincada en Galicia desde hace un par de años contó a Efe el por qué de esta pasión y a la vez adicción: "Llegué aquí la primera vez casi de rebote, y la verdad es que desde hace cinco años no me lo pierdo. Es una buena manera conocer más de cerca otra realidad de la cultura gallega a veces desconocida o malentendida".

Y vaya si llama la atención. La pasada edición superaron los 10.000 visitantes y este año prevén estar a la altura, en un pequeño pueblo de apenas 350 habitantes, que aumenta su población hasta números casi impensables.

Los vecinos se muestran encantados con esta celebración que atrae a multitud de curiosos y turistas que, además, ayudan a incentivar la pequeña economía de la zona que, al menos durante unos días, se convierte en un epicentro de cultura variopinta.

Este año además se celebra la conmemoración de los 20 años de la primavera rock del gallego, en un año en el que resultarán premiados doce trabajos en diferentes categorías, de los 35 presentados al festival.

Proyecciones, conciertos, coloquios o presentaciones de proyectos son algunas de las otras actividades que marcan la agenda de un festival que hoy cierra sus puertas con un broche de oro hasta esperar al año que viene.

La actriz gallega María Bouzas recibe el premio "Pedigree'14" como reconocimiento a su trayectoria profesional, y el humorista Juan Ibáñez y la octogenaria vecina de la propia aldea de Cans, Divina Campos, el "chimpín" de plata, como reconocimiento a su colaboración e implicación en el festival.

El desfile de los "chimpines" (pequeños tractores) transformados en improvisados autobuses es otra de las atracciones de este evento que, adornados para la ocasión, pasean por la aldea a todos los curiosos que se acercan poniendo el toque más dulce del festival, tirando chuches a su paso.

Charangas con el ritmo más animado y variado y intrépidos participantes ataviados con el uniforme más improvisado y atrevido, marcan el compás de esta marcha entre vítores de alegría, donde la artesanía y la gastronomía también tienen cabida.

Todos los ingredientes necesarios en esta amalgama de estilos para hacer "el mejor cierre de campaña" y el más animado en "una jornada de reflexión" en la que todo vale siempre y cuando el humor sea uno de sus ingredientes, en el festival más social, donde todos aportan "su pequeño granito de arena" a un encuentro "con pedigree". EFE.

Mostrar comentarios