Robert Redford y Bruce Dern, dos viajes emocionales en el Festival de N.York

  • La odisea marina de un solitario Robert Redford en "All is Lost", de J.C. Chandor, y el viaje de reencuentro familiar que llevó a Bruce Dern a ganar el premio de interpretación en Cannes por "Nebraska", de Alexander Payne, protagonizaron una jornada en el Festival de Cine de Nueva York de veteranía estelar.

Mateo Sancho Cardiel

Nueva York, 8 oct.- La odisea marina de un solitario Robert Redford en "All is Lost", de J.C. Chandor, y el viaje de reencuentro familiar que llevó a Bruce Dern a ganar el premio de interpretación en Cannes por "Nebraska", de Alexander Payne, protagonizaron una jornada en el Festival de Cine de Nueva York de veteranía estelar.

Ambos actores tienen 77 años y sus esplendores coincidieron aunque nunca compitieron en los años sesenta y setenta. Hoy, tanto Redford como Dern mostraron dos películas que dan nuevo impulso a sus trayectorias, tardíos retos interpretativos que implican viajes físicos y emocionales.

Redford, resistiéndose a dejar de ser el hombre de apabullante condición física, se sube a sus 77 años a un velero en medio del océano Índico y lucha por sobrevivir a un naufragio en solitario, en conversación directa con la inmensidad y la impotencia.

"Me atrajo mucho este proyecto sin diálogo pero no en silencio. El sonido de la película hace que el espectador conecte con el interior del personaje, que lo acompañe en su aventura", dijo hoy Redford en la presentación de la película en Nueva York.

Tras haber trabajado con Sidney Pollack en "Jeremiah Johnson" o "Out of Africa", con Arthur Penn en "The Chase" y ganar un Óscar como mejor director por "Ordinary People", Redford se pone en manos de J.C. Chandor, en su segundo filme tras "Margin Call".

"El guión -que al no tener diálogos solo tenía 31 páginas- estaba tan detallado que me hacía ver que J.C. sabía lo que quería y que tenía una visión muy poderosa", reconoció Redford sobre un proyecto de bajo presupuesto que ha revitalizado su ilusión como actor.

En "All is Lost", que significa "todo está perdido", Redford no asume su crítica situación con histeria melodramática, sino con una sorprendente sobriedad. "El personaje tiene que elegir entre estar en estado de pánico o bregar con la situación, tratarla con la mayor normalidad posible. Elige estar consigo mismo, lidiar con lo que llegue y ser honesto con el momento", asegura Redford.

Y en esa asunción resignada de la adversidad, la película conecta con la capacidad de una persona "que no es un superhéroe ni un supermarinero" para exprimir su instinto de supervivencia hasta casi lo sobrenatural en una temática que también protagoniza, no en el mar sino en el espacio, la película del momento en Estados Unidos, "Gravity", de Alfonso Cuarón.

"All is Lost", que había sido presentada en el Festival de Cannes, coincidió allí, como hoy en Nueva York, con el nuevo filme de Alexander Payne, director que tras cintas tan prestigiosas como "Sideways" o "The Descendants", vuelve a la carretera, a la sutileza emocional y, con toda probabilidad, a pujar por el Óscar con "Nebraska".

Bruce Dern, secundario de lujo del nuevo cine estadounidense desde "They Shoot Horses, Don't They?" a "Coming Home" (por la que recibió su única nominación al Óscar), hoy fue sincero ante la prensa: "Nunca nadie había pensado en mí al nivel que Alexander Payne lo ha hecho al darme este papel en esta película".

"Nebraska" es el manso retrato de cómo el delirio senil de un padre alcohólico e intratable, el propio Dern, detona un viaje para cobrar un premio inexistente a la localidad de Lincoln, en el estado que da título al filme, que acaba enfrentándole esos recuerdos y esa comunidad de la América profunda que acabaron transformando su buena fe y su generosidad en hiriente desidia.

Con la habitual habilidad para la tragicomedia de Payne y con un excelente reparto de nombres desconocidos en el que destacan Will Forte y June Squibb, "Nebraska" es otra muestra de un director "natural e insistente en su compromiso con ser honesto y fiel a la realidad", aseguró Dern.

Rodada en blanco y negro, con guión de Bob Nelson e inspirada levemente en las primeras películas de Jim Jarmusch y algunos trabajos del japonés Shohei Imamura es lo más cercano a esa verdad escurridiza y amarga que protagoniza en mayor o menor medida la vida. "Siempre aspiro a que esa complejidad, esa mezcla de drama y humor, esté presente en mis películas", concluyó Payne.

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