La capacidad redentora del amor protagoniza la nueva novela de Marta Rivera

  • Madrid, 17 mar (EFE).- Tras ser finalista del Premio Planeta con 'En tiempo de prodigios', en 2006, la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz vuelve con 'La importancia de las cosas', un trepidante libro de aventura y de misterio, pero cuyo hilo conductor es la capacidad redentora del amor.

Madrid, 17 mar (EFE).- Tras ser finalista del Premio Planeta con "En tiempo de prodigios", en 2006, la escritora gallega Marta Rivera de la Cruz vuelve con "La importancia de las cosas", un trepidante libro de aventura y de misterio, pero cuyo hilo conductor es la capacidad redentora del amor.

"Se trata de una novela de amor en sus diferentes variantes, y de cómo éste es capaz de mover todo y despertar a la vida conciencias que aparentemente estaban dormidas, y, sobre todo, de la importancia de las segundas oportunidades", explica a Efe la autora.

Y es que Rivera de la Cruz (Lugo, 1970) ha querido demostrar que esta sociedad de hoy, "que vende el mensaje de que todo lo que se puede hacer está antes de los 40 y que te tienes que dar prisa, miente".

"Yo creo en la segunda oportunidad, porque pienso, además, que es la más importante, y esta oportunidad puede llegarte a los 60, los 55, los 70 o los 80, como en un personaje de mi libro", argumenta.

"La importancia de las cosas", publicada por Planeta, narra cómo la pacífica vida del tímido profesor universitario de escritura Mario Menkell, autor de una única novela sin éxito, da un vuelco cuando se tiene que hacer cargo de las cosas y pertenencias del inquilino -que se ha suicidado- de un piso que ha heredado.

Menkell, que al principio se siente superado y quiere deshacerse de todo, verá cómo este piso y sus múltiples objetos y colecciones, como gramolas antiguas, miniaturas, soldados de plomo, porcelanas, vasos o pegatinas, le puede servir para ayudar a la mujer que ama en silencio desde hace años y que se acaba de separar.

La búsqueda de la identidad del inquilino muerto también le servirá al protagonista como argumento de una posible novela, que será también su segunda oportunidad.

Una narración construida como las matrioskas o muñecas rusas en la que una historia te va llevando a otra, y en la que la autora de "Que veinte años no es nada" o "El inventor de historias", realiza todo un canto al ejercicio de narrar y contar, que le viene, dice, de la tradición oral heredada de su familia.

"Este libro es una historia dentro de otras historias, porque cualquier historia se sustenta gracias a otra, como en la vida, en la que, gracias a los personajes secundarios, vas tejiendo toda tu biografía", subraya.

Pero Rivera de la Cruz pone también en cuestión en estas páginas las escuelas literarias, en las que se enseña escribir, y a toda una generación de jóvenes, niños de papa, que asisten a buenas universidades privadas, tienen todo cubierto y "viven en una Arcadia feliz": "Una generación muy distinta a la mía", puntualiza.

"Lo que hago es hacer una caricatura de las universidades y, por otra parte, yo no estoy en contra de las escuelas de letras. De hecho, yo doy clase, pero sí que soy muy crítica con esas personas que creen que se les va a enseñar a escribir, y a escribir no se enseña. Tienes que tener talento y luego puedes aprender a ejercitarlo, es como hacer gimnasia, si tienes músculo, vale, pero, si no, pues nada", precisa.

La publicación de "La importancia de las cosas" también ha servido para convocar por internet un concurso literario de microrrelatos acerca del libro. Los concursantes tienen que escribir un texto de 150 palabras sobre la novela. El premio consiste en cinco libros firmados por la autora. Los relatos pueden mandarse a concursolaimportancia@gmail.com.

Narradora y ensayista, Marta Rivera de la Cruz también obtuvo el premio Ateneo Joven de Sevilla con "Que veinte años no es nada", en 1998, y fue finalista el premio JB de Novela Corta con "El refugio".

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