Filme venezolano impacta en Venecia con arriesgada historia de soledad y sexo

  • Venezuela compite por primera vez por el León de Oro en Venecia con el filme "Desde allá'' de Lorenzo Vigas, una historia de soledad ambientada en Caracas, con una arriesgada escena de sexo homosexual entre un hombre maduro y el líder adolescente de una banda de barrio.

La película, marcada por el ritmo lento, los silencios y contrastes entre un mundo íntimo árido y otro externo vital, fue aplaudida por la prensa especializada, que la catapultó entre las favoritas.

Las actuaciones del chileno Alfredo Castro, en su papel de Armando, un hombre de clase media-alta de 50 años, y del venezolano Luis Silva, con su magistral interpretación de Elder, un adolescente violento y carismático, son claves para entender la complejidad de la cinta.

La película forma parte de una trilogía que el director, de 48 años, trabaja desde hace años sobre el tema de la paternidad, o mejor dicho de su ausencia.

"América Latina es un continente en que el padre está ausente, es algo que forma parte del inconsciente colectivo, del arquetipo que compartimos los latinoamericanos", explicó Vigas, quien recalcó que mantiene una excelente relación con su padre, el conocido artista plástico Oswaldo Vigas.

"Estoy obsesionado por ese tema", confesó el realizador, autor de numerosos documentales y programas de televisión, quien trabajó con un equipo de lujo, entre ellos el guionista mexicano Guillermo Arriaga, productor del filme, y el actor chileno Castro, emblema del cine latinoamericano independiente y comprometido.

La búsqueda de Armando de jóvenes en los paraderos de autobús a los que ofrece dinero para que lo acompañen a su casa, la costumbre de espiar a un hombre de edad avanzada que tiene que ver con su pasado, su incapacidad de comunicar con el mundo exterior, al punto que no se deja ni tocar, hablan de distancia, de carencias.

El encuentro con Elder, el líder adolescente de una pequeña banda de delincuentes de un peligroso barrio de Caracas, extrovertido, arrogante y violento, con el padre en la cárcel, termina por cambiar a ambos para siempre.

"Mi película habla sobre todo de la carencia de afecto, de emociones, en todos los estratos de la sociedad", explica Vigas, quien desafía al espectador con una audaz escena de sexo homosexual.

"Me parecía interesante que la película explorara ese tema de la homosexualidad, América Latina es muy conservadora aún y hay mucha homofobia", subrayó.

Una provocación que el realizador espera que genere polémica, discusión, "nos ponga a hablar", dijo.

"Para eso hice esta película", admitió Vigas quien ilustra con imágenes desenfocadas, sonidos fuera de campo, las diferencias sociales, la distancia y el choque entre dos clases sociales que buscan desesperadamente afecto sin hallarlo.

"Fue como filmar dos mundos", aseguró el director, quien filmó por las calles de Caracas sin control del tráfico ni peatones, mimetizándose entre la gente.

Los contrastes entre esos dos mundos, uno pudiente y frío, ya que Armando es un hombre rico, dueño de un taller de prótesis dentales, y Elder, que le propina una paliza cuando se lo lleva a su casa, son el emblema de un país y hasta de un continente.

"La tensión social y política en Venezuela marca aún más la división de clases", reconoce Vigas.

La cinta compite con 20 filmes y será estrenada en Venezuela en el 2016.

kv/dmc

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