Para saber por dónde van los tiros en el campo de la moda, del diseño y del arte hay varias opciones. Ir, si se puede, a ver un exclusivo desfile de moda o presenciar un aun más exclusivo vernissage en una galería de arte. Andar por la calle: es el sistema más barato y también el más divertido, aunque quizás un poco dispersivo.
O también meterse una tarde entera en un hotel del centro de Madrid y asomarse en cada una de las 24 habitaciones que creadores provenientes de Venezuela, Italia, Colombia, Bélgica, México y, por supuesto, España han convertido por un día en su tienda-escaparate.
La cuarta edición de Fitting Room que se celebró el pasado sábado 5 de marzo en el Hotel Petit Palace Art Gallery de Madrid se confirma como uno de los eventos más innovadores y, sobre todo, más útiles para descubrir nuevos talentos, a pesar de haber reducido sensiblemente el número de los creadores involucrados en el proyecto – 24 frente a los 36 que participaron el año pasado en la primera edición madrileña.
Fitting Room es un evento que se celebra desde hace casi tres años entre Bilbao y Madrid y cuya misión es convertir las habitaciones de un hotel en un escaparate para los creadores de la moda, del arte y del diseño que fatigan a hacerse un hueco en el mercado.
En este sentido, la presencia de la firma española Salvador Bachiller entre los participantes en esta cuarta edición sorprende un poco, pero aun así Fitting Room ha ofrecido un año más amparo a artistas tan prometedores como Alessia Rollo, una fotógrafa italiana afincada en Madrid, autora de fascinantes instantáneas en las que predomina el blanco y la cantante coruñesa Cardigan Bridge, que cada hora ha ofrecido un pequeño concierto acústico acompañada por un guitarrista en la Habitación 101.
También cabe destacar la joyería vintage y hecha a mano de Le Monvintage; los bolsos de la marca española Volando Voy; los accesorios de la marca Secretos de Alcoba que apuestan por el negro y, sobre todo, los collares de algodón con piezas esmaltadas, también hechas a mano (es decir que todas son piezas únicas) de María Meda que puede convertirse, según la ocasión, en originales cintas para el pelo.
Con menos habitaciones y menos creadores, el riesgo de que la cuarta edición de Fitting Room ofreciera menos ideas y menos pistas sobre lo que se lleva y llevará en el futuro próximo era real, pero afortunadamente no siempre menos creadores significa menos creatividad.
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