Fortunato Depero, el futurista olvidado, resplandece en la Juan March

  • Mucho antes de que Andy Warhol dinamitara los cimientos del arte contemporáneo desde la Factory neoyorquina, en 1919 y a este lado del Atlántico, el italiano Fortunato Depero (1892-1960) fundaba la Casa de Arte Futurista, una "central de acción artística" que derribó las fronteras entre el arte y la vida.

Madrid, 10 oct.- Mucho antes de que Andy Warhol dinamitara los cimientos del arte contemporáneo desde la Factory neoyorquina, en 1919 y a este lado del Atlántico, el italiano Fortunato Depero (1892-1960) fundaba la Casa de Arte Futurista, una "central de acción artística" que derribó las fronteras entre el arte y la vida.

Ese es sólo uno de los muchos motivos que han llevado a la Fundación Juan March a dedicar una retrospectiva a Depero, artista multimedia y global, incansable pintor y escultor, poeta y escenógrafo, diseñador gráfico y empresario, conocido y respetado en Italia pero aún en trámites de obtener su pasaporte internacional.

"Es extraño presentar a un desconocido", ha admitido hoy en la puesta de largo de la muestra el director de exposiciones de la Juan March de Madrid, Manuel Fontán del Junco. "Pero, al acercarse uno a su obra, la extrañeza da rápidamente paso al asombro", ha precisado.

La "sincronización" de los futuristas con el régimen fascista y la adscripción de Depero al llamado "segundo futurismo", posterior al inicial del que forman parte Marinetti, Boccioni o Balla, son algunos de los motivos con los que la fundación explica que el artista nacido en Fondo (Trento) haya permanecido hasta ahora "en el margen de la historia canónica de las vanguardias".

Pero también la "visión pinturocéntrica" que ha predominado hasta hace bien poco en la historia del arte, según Fontán. "El diseño gráfico y la publicidad han sido siempre el cuarto trasero del arte", ha dicho.

La muestra, que permanecerá abierta hasta el 18 de enero de 2015, incluye casi 300 piezas procedentes de colecciones públicas y privadas, y se divide en cuatro partes.

La apertura se centra en los primeros pasos artísticos de Depero, desde que en 1915 fue admitido oficialmente en el movimiento futurista fundado por Marinetti y que glorificaba el dinamismo, la máquina, la velocidad y la guerra.

Ese mismo año Depero firmó junto con Giacomo Balla -de quien también puede verse alguna obra en esta primera parte de la muestra, junto con otras de Marinetti, Boccioni y otros futuristas- el manifiesto "Reconstrucción futurista del universo", en el que proponen precisamente la globalización de las artes y su fusión con todos los aspectos de la vida cotidiana.

A continuación la exposición se detiene en su faceta de escenógrafo y diseñador, en el periodo entre 1916 y 1918.

Destaca aquí una recreación del montaje que hizo por encargo de Sergei Diaghilev para el "Canto del ruiseñor", de Igor Stravinsky, y que "inexplicablemente", según Fontán, fue rechazada por el empresario ruso.

Depero experimentó con todos los géneros y soportes, y los mezcló todos: pintura, grabado, dibujo, escultura, tipografía, "collage", figurines y conjuntos plásticos que pueden considerarse un antecedente de las instalaciones.

La Casa de Arte Futurista, a la que se dedica la tercera parte de la muestra, es el mejor ejemplo de su carácter pionero en el arte contemporáneo, al concebir la práctica artística como un trabajo multimedia y colectivo, a menudo encargado para marcas publicitarias como Campari, entre otras.

El recorrido se cierra en Nueva York, adonde el artista viajó en 1919, convencido de que era la verdadera ciudad futurista, una "nueva Babel" que retrató en dibujos y óleos pero que no le concedió el reconocimiento esperado, por lo que regresó a Italia dos años después.

Fontán ha definido la obra de Depero como un "futurismo con tintes de realismo mágico" y ha citado a Chesterton para explicar el viaje que los investigadores de la Fundación Juan March han emprendido para descubrir a Depero.

"Hemos dado la vuelta al mundo y al llegar al punto de partida nos hemos dado cuenta de que bastaba con girar sobre nosotros mismos para descubrir no sólo a una figura histórica olvidada sino a un verdadero precursor", ha dicho.

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