Ganadoras de Premio Planeta reivindican el papel de la cultura en la sociedad

Zaragoza, 15 nov.- Las escritoras Clara Sánchez y Ángeles González-Sinde, ganadora y finalista del Premio Planeta 2013, han resaltado hoy el papel de la cultura como generadora de industria y trabajo dentro de la sociedad y han criticado la ceguera que supone no proteger esa faceta.

Ambas escritoras han presentado hoy en rueda de prensa en Zaragoza las novelas que les han hecho merecedoras de este premio y han expresado sus diferencias con la política cultural y los recortes aplicados en la materia por el ministro de Cultura, José Ignacio Wert.

En este sentido, la exministra González Sinde ha recordado que, cuando ella ocupaba ese puesto, tomaba "decisiones diferentes" y, sabiendo que hay que ser solidario por la situación de crisis, "quizá habría otras posibilidades" y se podrían tomar otras medidas para no aplicar recortes y activar la inversión, porque es "difícil", ha dicho, "recuperar el terreno de lo que se ha perdido".

"Cada uno tiene que pensar para qué sirve una orquesta que suene bien", ha añadido, ya que, a su juicio, la cultura "genera cosas buenas para la sociedad".

En este mismo sentido, se ha pronunciado Clara Sánchez, quien ha considerado que existe "una especie de ceguera que impide ver que lo más exportable de un país es la cultura".

"Las señas de identidad de un país son lo que deja en arquitectura, pintura, libros o ciencia", ha agregado la ganadora del premio Planeta con la obra "El cielo ha vuelto", quien ha concluido que la cultura es "la forma de vivir que tiene una sociedad".

Con respecto a sus obras, ambas han coincidido en que los personajes de sus novelas viven en mundos "muy alejados" si bien tanto la protagonista de "El cielo ha vuelto", Patricia, como Vicente, el de la novela de González-Sinde "El buen hijo", hablan de "desconcierto y de formas de miedo palpables en nuestra sociedad", ha indicado la finalista del premio.

Para Clara Sánchez, ambos son personajes "muy de nuestros días", y las novelas son "muy actuales, con personajes de carne y hueso que tienen miedo" y con los que el lector se puede identificar, porque "todos los días se crean cosas para atemorizarnos, ya sea desde Wall Street o las armas químicas, porque el miedo es el mejor método de control".