Gardiner cree que la música barroca es universal porque toca las emociones

  • El director de orquesta John Eliot Gardiner ha subrayado hoy la "riqueza y universalidad" de la música barroca que, a su juicio, es capaz de llegar al alma del público y "tocar sus emociones", con independencia de religiones y de que quien la escucha sea budista, cristiano o ateo.

Santander, 4 ago.- El director de orquesta John Eliot Gardiner ha subrayado hoy la "riqueza y universalidad" de la música barroca que, a su juicio, es capaz de llegar al alma del público y "tocar sus emociones", con independencia de religiones y de que quien la escucha sea budista, cristiano o ateo.

Reconoce que el hecho de tratarse principalmente de música religiosa la ha relegado en ocasiones al ámbito eclesiástico, pero piensa que esto está cambiando y que ahora se puede llegar a más gente con este repertorio.

En su caso, el director inglés, encargado de inaugurar el Festival Internacional de Santander (FIS) con la English Baroque Soloists y el coro Monteverdi, trabaja con la música barroca por una cuestión de "afinidad".

Según ha explicado en rueda de prensa, su repertorio es muy extenso, pero no conecta con algunos compositores y ha puesto el ejemplo de Richard Wagner, al que incluso, dice que calificaría de "antipático".

En cambio, le parece "excepcional" Johannes Brahms, que lamenta que está "cayendo en el olvido"; y adora a Gustav Mahler, pero piensa que se programa demasiado.

Sus gustos musicales -sostiene- son "eclécticos" y abarcan también la música india, árabe o africana.

Lo que ocurre, a su juicio, es que se fue acercando a la música de forma cronológica y, cuando llegó a Mozart, vio que era una combinación de todo lo anterior.

Ahora, le gustaría volver a sus "raíces" y recuerda, en este sentido, la gira que hizo junto al coro Monteverdi por iglesias del Camino de Santiago interpretando obras del Siglo de Oro.

Para Gardiner, la música barroca suena mejor en iglesias y catedrales, porque se compuso pensando en sus ecos y en el diálogo con estos edificios, pero también hay obras que pueden tocarse perfectamente en otro tipo de auditorios.

Es el caso, por ejemplo, de la sala Argenta del Palacio de Festivales de Santander y Cantabria, donde Gardiner dirige esta noche el concierto inaugural de la 63 edición del Festival Internacional de Santander.

Los músicos de la English Baroque Solists y el coro Monteverdi interpretarán bajo su batuta tres obras de Johann Sebastian Bach, Georg Friedrich Haendel y Doménico Scarlatti, diferentes entre sí, pero unidas por una fecha, 1685, el año en el que nacieron los tres compositores.

Son la cantata BWV 4 de Bach ("Cristo yacente en brazos de la muerte"), el salmo "Dixit Dominus" de Haendel, y la obra "Stabat Mater", de Domenico Scarlatti, piezas que, en opinión de Gardiner, encajan perfectamente en un auditorio.

La maestría de los músicos y del coro, y la "imaginación" del público tendrán que hacer el resto para crear el "espacio" y trasladarse a un escenario religioso.

No obstante, Gardiner confiesa que le gusta la "atmósfera" que se crea cuando tocas en las iglesias.

Según dice, España cuenta, además, con "fantásticos" intérpretes de música barroca, y entre los compositores, le gustan especialmente Alonso Lobo y Francisco Guerrero, del Siglo de Oro.

Pero lamenta que "el problema" en España son "los curas", que -afirma- en muchas iglesias no permiten los conciertos, y deberían darse cuenta de que la música puede unir a la gente más que las palabras.

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