Garzón califica su suspensión de "caza de brujas", "desagradable" e "injusta"

  • Barcelona.- El juez Baltasar Garzón ha calificado hoy su suspensión de "caza de brujas", "desagradable", "injusta" y "frustrante" durante el acto "estrella" de la Semana de Novela Negra de Barcelona.

Garzón califica su suspensión de "caza de brujas", "desagradable" e "injusta"
Garzón califica su suspensión de "caza de brujas", "desagradable" e "injusta"

Barcelona.- El juez Baltasar Garzón ha calificado hoy su suspensión de "caza de brujas", "desagradable", "injusta" y "frustrante" durante el acto "estrella" de la Semana de Novela Negra de Barcelona.

En un acto multitudinario en el gótico Salón de Ciento del Ayuntamiento de Barcelona, el juez ha recordado que en la actualidad está suspendido, una situación que "no es agradable", que considera "injusta" y que ha llegado a calificar de "caza de brujas".

"Es muy frustrante -ha dicho- porque te ves que por interpretar unas leyes y proteger a las víctimas de los derechos humanos, entre ellos el de la memoria histórica, se criminaliza, no lo que fueron esos crímenes, sino a quien investiga".

Ha añadido que "hay otros jueces en España y fuera que piensan lo mismo, y que han aplicado la misma justicia".

Ante esta situación que ha calificado de "absurda", el juez ha apuntado que tratará de demostrar su inocencia si le dejan.

Piensa el juez que es "arriesgado pensar que esto es un traje a medida para Garzón, pues podría ser que se convirtiera en delito la capacidad de discrepar".

En su intervención, el juez Garzón ha criticado la excesiva "burocracia judicial" que hay en los países occidentales, que, en su opinión, "beneficia el desarrollo del crimen organizado", porque no se tiene "una respuesta rápida".

Para el juez jienense, "la desaparición de fronteras ha favorecido la circulación de capitales y de personas, pero también el desarrollo de las estructuras criminales".

Al hilo de esta crítica, en la misma mesa redonda el fiscal José María Mena ha dicho que "mientras las policías han agilizado su comunicación y una detención se puede decidir en minutos, la comunicación entre un juez de Holanda que quiera una actuación de un juez español puede tardar quince días".

La modernización de las organizaciones criminales es evidente, según Garzón, porque "el crimen organizado siempre busca espacios de impunidad, en los que se pueda corromper para obtener lucro".

Ahora los capos tienen corporaciones, tienen relaciones con políticos y por tanto necesitan estar bien asesorados legalmente, por lo que "necesitan de buenos abogados que trabajen como consejeros de estas organizaciones".

"Los líderes ya no se manchan las manos, si no es necesario", ha subrayado Garzón.

En su intervención se ha referido al caso de México, "una exageración" que se explica por los datos: "desde 2006 van 27.000 muertos en ajustes de cuentas y servidores públicos, y en este año ya van siete u ocho mil", lo que demuestra según él "el fracaso del Estado" porque "ni el Ejército ha conseguido acabar con el fenómeno".

El modus operandi de los grupos delictivos en el siglo XXI es la actividad transnacional: "hay organizaciones criminales que actúan de manera delictiva en un país, y en otro país, como en España, actúan con actividades de inversión o blanqueo de dinero", como él mismo pudo investigar sobre las mafias rusas en España.

Garzón se ha referido asimismo a Afganistán, que tiene dos problemas fundamentales: "la corrupción de todas las instituciones y el tráfico de heroína y como todos los grupos tribales, incluidos los talibanes, se financian con la droga".

Respecto al consumo de drogas en España, el juez ha subrayado que se trata de "un negocio productivo" y ha ofrecido un pronunciamiento personal claro: "no hablo de legalizar, pero sí de despenalizar determinadas condiciones".

Como fiscal jubilado, Mena ha dicho que "el consumo de drogas es malo para la salud y el sistema exclusivamente represivo ha fracasado estrepitosamente" y ante esto se debería jugar con la "prevención sanitaria y educativa, la represión prioritariamente administrativa y un cambio de modelo, que no debería producirse solo en un país".

En nombre del consistorio barcelonés, el concejal de Cultura, Jordi Martí, ha dicho: "este acto sirve también para simbolizar que este ayuntamiento y esta ciudad están al lado de aquel al que luchando por la Justicia y por el estado de derecho le ha costado un precio tan alto".

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