Geert Wilders: Mozart y la sinfonía del odio

  • El adolescente que deseaba recorrer el mundo para  aprender de otras culturas se ha convertido en el líder de la ultraderecha en Holanda
Un tribunal holandés absuelve a Wilders de incitación al odio
Un tribunal holandés absuelve a Wilders de incitación al odio

Su pelo rubio platino y su sonrisa burlona pronto le valieron el sobrenombre de Mozart. Sin embargo, Geert Wildersnunca tuvo un interés especial por la música, lo que a él de verdad le gustaba eran las personas y sus experiencias.

En sus años de juventud soñaba con viajar a Australia, un destino demasiado lejano y caro para el cuarto hijo del encargado de una simple imprenta. La falta de recursos económicos únicamente le permitió llegar hasta Israel, y eso cambió su vida.

El adolescente que deseaba ver mundo quedó profundamente marcado por los comportamientos, a su juicio injustos y retrógrados, que vio en la sociedad islámica. El machismo, el terrorismo y elementos culturales como el burka le horrorizaron. En lugar de aumentar sus horizontes, el viaje por el Oriente Medio modeló una visión reduccionista del mundo árabe.

Fulgurante carrera

A su regreso a Holanda, encontró un empleo como analista en la industria sanitaria. Su conocimiento del sector le puso en contacto con el mundo de la política, en el que empezó redactando discursos sobre sanidad para los miembros del Partido Liberal, donde pronto se ganó un puesto como asistente del que sería su mentor, Frits Bolkestein.

Entre 1990 y 1998 fue la sombra de Bolkestein. Se empapó del conocimiento y las maneras de los viejos zorros de la política holandesa antes de ocupar su primer cargo político: concejal del ayuntamiento de Utrech, la cuarta ciudad más grande del país.

A partir de ese momento, su ascenso en el Partido Liberal fue meteórico. Un año después de su elección en Utrech dio el salto al parlamento nacional. Durante sus primeros años en el hemiciclo mantuvo un perfil bajo, pero todo cambió el 2 de noviembre de 2004.

Marcado por el asesinato de Theo Van Gogh

Ese día, la opinión pública holandesa quedó conmocionada después de que el islamista de origen marroquí Mohammed Bouyeri acabase con la vida del polémico artista y cineasta holandés Theo Van Gogh, activista de ultraderecha famoso por sus consignas contra la cultura musulmana.

Bouyeri disparó a Van Gogh mientras se dirigía en bicicleta a su trabajo. El asaltante le remató quemarropa mientras yacía moribundo en el suelo, descerrajándole hasta veinte tiros. No contento con eso, lo apuñaló varias veces y, finalmente, lo degolló.

Este cruel asesinato provoco que Geert Wilders se decidiese a dar un paso adelante. Abandonó el Partido Liberal, al que había pertenecido durante 14 años, y fundó el Partido por la Libertad (PVV), situado en aún más a la derecha del espectro político.

Empeñado en trasladar al Parlamento las ideas de lucha contra la islamización de Holanda y la falta de libertad del Islam que costaron la vida a sus amigos Van Gogh y Pim Fortuyn, asesinado en 2002, el Mozart de la política holandesa comenzó a interpretar lo que sus detractores han bautizado como la sinfonía del odio.

"El Islam no es una religión, es una ideología fascista de una cultura retrasada", ha asegurado Wilders en varias flamígeras comparecencias públicas en las que llegó a comparar el Corán con el Mein Kampf de Adolf Hitler.

En el punto de mira de los integristas

Ese encendido discurso convirtió su partido en una importante fuerza política con amplia representación parlamentaria, pero las amenazas de muerte no tardaron en llegar. Sólo ocho días después de la muerte de Van Gogh, la policía consiguió desmontar un plan para acabar con la vida y la incipiente carrera política de Wilders.

El 10 de noviembre de 2004, dos terroristas de origen árabe fueron arrestados en La Haya cuando se disponían a atentar contra el líder del PVV con tres granadas. Desde ese momento, Wilders viaja permanentemente acompañado de cuatro guardaespaldas armados, pero eso no impidió que los problemas se siguieran sucediendo.

En 2009, el rapero Ali Mo$heb fue condenado a prestar servicios sociales por incluir amenazas de muerte contra el político en una de sus canciones. Dos años antes, un tribunal sentenció a un ama de casa a un año de prisión por enviarle más de un centenar de correos electrónicos intimidatorios.

La publicación en 2008 de su polémico documental Fitna tampoco ayudó a relajar la tensión del político con el mundo árabe. En el cortometraje, de sólo 17 minutos y que ninguna televisión holandesa se atrevió a emitir, Wilders exhorta a "detener el tsunami de la islamización".

La batalla judicial en torno a Fitna, terminó con un veto a la entrada de su autor en el Reino Unido, además de su declaración como persona non grata en una región de Alemania. 

Sin embargo, al igual que ha sucedido hoy con la causa que se seguía desde octubre en Holanda contra Wilders por presuntamente fomentar el odio contra los musulmanes en sus discursos, los cargos fueron desestimados en lo que el controvertido político de ultraderecha denominó "una victoria de la libertad de expresión".

 

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