Zeta en la encrucijada: guerra por un ERE o se queda sin crédito

La huelga de trabajadores de El Periódico de Cataluña y el Sport logró frenar momentáneamente la rebaja salarial del 16% que Zeta quería imponer a sus empleados, pero los problemas económicos en el grupo son tan graves que ponen en entredicho su futuro. La deuda a largo plazo con las entidades financieras asciende a 97,8 millones de euros y, según el plan de viabilidad de Deloitte, necesita otros 38,5 para subsistir. Para ello está obligado a hacer un ERE entre sus 1.200 trabajadores y las partes buscan soluciones. Zeta está en manos de los bancos.

Porque en el calendario de vencimientos que pactó con las entidades para financiar la deuda, quedó pautado que el grupo Zeta debería abonar 4,5 millones de euros en 2016, un pago con el que no cumplió. En el propio calendario quedaba recogido que debería devolver a las entidades financieras una cifra cercana a los 7,5 millones de euros tanto en 2017 como en 2018 para que la déficit se redujera hasta los 74 millones en 2019, algo que se ha tornado en imposible.Un ERE para recibir la ayuda de los bancos

Ante la falta de pagos, las entidades financieras solicitaron un programa de viabilidad que elaboró Deloitte. La consultoría trazó un plan de negocio que debe llevar cumplir Zeta desde 2017 hasta 2024 para no quedar abocado a la liquidación. Del mismo se desprenden dos claves: la venta de activos por valor de 72 millones de euros y el adelgazamiento de su plantilla para afrontar un proceso de digitalización de sus contenidos.

Para ello, el grupo Zeta solicitó una inyección económica a los bancos. En el sector se manejaba la cifra de 25 o 30 millones, pero según fuentes de Caixabank consultadas por este medio, la cifra es "superior y bastante alejada". El informe Deloitte ya consideraba que serían necesarios 38,4 millones afrontar el recorte de la plantilla, porque solo las indemnizaciones por despidos se irían por encima de los 23 millones. Para abaratar su equipo tendrán que prescindir de más directivos de los que esperaban en la compañía.Se rebajarían el 10% para evitar el ERE

Los empleados del grupo solicitan precisamente eso, que se recorte en la estructura directiva. Porque Zeta quiere desprenderse de 200 trabajadores con una indemnización media de 75.000 euros, un total de 15 millones de euros. A esto habría que sumarle unas 50 contrataciones de periodistas 'digitales' que supondrían otros 2.5 millones de euros anuales en salarios. Algo que tildan como "excusa" en el seno de la plantilla, ya que a día de hoy la enorme mayoría de los periodistas de El Periódico trabajan para la versión web.

El ERE de 200 trabajadores afectaría a todo el Grupo Zeta, no solo a la plantilla de El Periódico, dispuesta a emprender nuevos paros y movilizaciones si los dirigentes ponen el foco diario catalán. Ante la exigencia de la dirección en las negociaciones, que propone un 16% de rebaja salarial directa, el sindicato ofrece rebajarse el sueldo y la jornada laboral un 10%. Esta reducción ayudaría a minimizar los despidos del posible ERE a dos o tres años vista. 

El Comité de empresa defiende que dentro el plan de acompañamiento, las jubilaciones y las bajas voluntarias sirvan para que los trabajadores vuelvan a cobrar su salario actual una vez concluya la reestructuración de la plantilla. Condición que, por el momento, no acepta la dirección.La venta de Ediciones B y de las revistas

Ante la exigencia de desprenderse de activos por valor de 72 millones, Zeta vendió Ediciones B por 35 millones de euros, pero no utilizó este dinero para minimizar a su deuda. En cuanto a la venta de las publicaciones no rentables, Zeta tiene decidido deshacerse de revistas como Interviú y Tiempo, Cuore y diarios regionales como 'El Periódico de Extremadura, El Periódico de Aragón y La Crónica de Badajoz. Estos movimientos rebajarían de forma sustancial el número de empleados totales dentro del grupo.

El 'pool' bancario, liderado por Caixabank, el Popular y el Sabadell, decidirá en las próximas semanas si le conceden o no a Zeta el crédito solicitado, pero para ello el grupo de Antonio Asensio debe cumplir con las exigencias del plan de viabilidad de Deloitte, que volverá a poner al grupo de nuevo contra las cuerdas por las presiones de los trabajadores.