El mercado de las zapatillas o sneakers está al alza. No cabe ninguna duda. Desde que Balenciaga sacara al mercado sus Triple X, las cuales han hecho historia, este tipo de calzado se ha convertido en el 'must' de casi cualquier persona. Si antes ir a la oficina con zapatos era la norma, ahora quien más quien menos puede permitirse un día de calzado más cómodo con unas sneakers, un modelo que se ha popularizado hasta cotas impensables, convirtiéndose en un objeto de absoluto lujo.
Porque el resto de grandes firmas de moda vio cómo Balenciaga se hacía de oro con sus Triple X y no tardaron en darle réplica y sacar sus propios modelos de 'chunky sneakers', lo que viene siendo unas zapatillas feas o muy aparatosas. Así, en el 2017, según la consultora Bain&Co, el mercado mundial de zapatillas aumentó un 10%, hasta facturar 30.000 millones de euros. Y la ruleta sigue girando, porque el furor por este calzado no tiene visos de frenar. Si bien a algunos, como a Gucci, se les ha ido un poco la mano con su última creación.
La firma italiana no ha sacado tanto partido a esta revolución por las sneakers y se ha mantenido en un segundo plano lanzando zapatillas que siguen el estilo de la casa, con su inconfundible logo y mucho más sencillas y elegantes que las de sus rivales. Hasta ahora. Porque el último lanzamiento de Gucci ha sorprendido a muchos, ya que ha llevado el concepto de zapatillas feas mucho más allá.
En concreto, la casa ha sacado al mercado unas sneakers que parece que directamente estén para jubilar. Se trata de las Screener, un modelo únicamente para hombre que tiene apariencia de estar sucio y viejo, ya que la piel está desgastada y negra, como si hubieran sido usadas durante mucho tiempo. Unas zapatillas por las que muchos no darían ni un euro pero que cuestan 690 euros.
Hay tres modelos diferentes de estas zapatillas: con el típico logo de la casa grabado, en piel en color verde o en azul. Todas tienen el mismo precio y su diseño se inspira en los años 70 y en la estética 'vintage', señala Gucci. Si bien en redes sociales mucha gente ha criticado estas sneakers y ha lamentado que se venda algo así por un precio tan elevado.
Pero la italiana no es la primera marca de lujo que saca unas zapatillas con esta apariencia. La primera fue la marca de calzado de lujo Golden Goose, que en 2016 puso a la venta por 600 euros un modelo que, además de sucio, estaba roto, algo que provocó una gran polémica porque muchos pensaron que se trataba de una burla a la pobreza. Ahora Gucci repite la historia.
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