Guillermo Valencia, con 16 años, deja Colombia para hacerse torero en España

  • Guillermo Valencia, un adolescente de 16 años criado en el barrio de El Refugio de la ciudad colombiana de Cali e imbuido de la tauromaquia de su padre, que se quedó en novillero, ha cruzado el charco para recalar en Salamanca con el objetivo de hacerse torero y figura.

Carlos García

La Fuente de San Esteban (Salamanca), 16 feb.- Guillermo Valencia, un adolescente de 16 años criado en el barrio de El Refugio de la ciudad colombiana de Cali e imbuido de la tauromaquia de su padre, que se quedó en novillero, ha cruzado el charco para recalar en Salamanca con el objetivo de hacerse torero y figura.

El mismo itinerario vital y profesional que hace treinta años siguió su paisano César Rincón emprende ahora Valencia, nacido en la muy taurina y cafetera ciudad Cali, capital del Valle del Cauca y de una de las ferias taurinas más señeras de la América Hispana.

Los primeros trastos pudo cogerlos cuando se los entregaba a su padre desde el callejón de alguna de las plazas a las que le acompañaba para verlo torear en las novilladas.

"Ahí fue cuando me entró la afición, viendo a mi papá", ha explicado hoy a Efe este joven que el pasado 2 de febrero llegó a La Fuente de San Esteban, municipio salmantino de referencia para ganaderos, toreros y empresarios de toda España por su estratégica situación en el Campo Charro.

La casualidad quiso que hace unos meses este joven aspirante coincidiera con el ganadero salmantino Agustín Trapero (criador de bravo en la zona de Campocerrado) en el Ayuntamiento de la ciudad colombiana de Popayán.

"Allí me propuso Agustín Trapero que me viniera a España", ha reconocido este aspirante, que no dudó en aceptar la oferta, ya que "la afición y las ganas de triunfar en el mundo de los toros han pesado más que el resto de las cosas".

Se ha venido solo y ahora pasa la mayor parte de su tiempo en un pequeño hotel situado en las inmediaciones de La Fuente de San Esteban, donde se aloja y que es muy frecuentado por toreros y ganaderos.

En estos días ha tenido la posibilidad de comprobar cómo es la bravura de los encastes españoles: "muy diferente al ganado de Colombia, allí es más chico y el ganado de aquí embiste más y tiene más raza", ha reflexionado.

Ha participado en dos tentaderos que le ha facilitado en Campocerrado su apoderado en España, Trapero, y en los próximos días tentará un novillo en la ganadería charra de Manuel Gimeno.

"Ahora es la oportunidad de adquirir más toque con la muleta, más recursos", confiesa el colombiano, quien busca un toreo "muy puro y muy clásico" y que entre sus ídolos, afirma sin dudar, se encuentra Morante de la Puebla.

"Lo que quiero es estar preparado para cuando llegue la oportunidad", añade este novillero que de la mano de su apoderado espera entrar en los carteles de algunas de las novilladas que se celebrarán esta temporada en España.

En Colombia es conocido en el escalafón de novilleros, ya que la pasada temporada tuvo la oportunidad de lidiar cuarenta novilladas entre Colombia, Venezuela y Perú.

Debutó en Bogotá en 2009, el 8 de agosto, y la crítica americana destacó las potencialidades que mostró Guillermo Valencia ese día, ante un novillo de nombre "Catalán" al que le cortó las dos orejas.

No tiene prisa, ha venido a España de forma indefinida y quiere aprovechar esta oportunidad ya que, dice, "en América no es posible convertirse en figura del toreo; para eso hay que venir a España y luego, si es posible, regresar a Colombia con un nombre".

El maestro César Rincón, que regenta ganaderías de bravo en España y Colombia, ya conoce a este joven.

En un tentadero celebrado en la finca colombiana de Rincón, en Las Ventas del Espíritu Santo, Valencia acudió como 'tapia' y, tras su actuación, el ganadero decidió regalarle un novillo para que lo pudiera matar en un festival.

De momento, no ha sufrido ninguna cornada, solo algún que otro revolcón, aunque confiesa que "tiene curiosidad por saber como es una cornada de un toro". EFE

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