Este domingo, Meghan Markle reapareció en público por sorpresa para asistir junto al príncipe Harry a un partido de béisbol que se disputaba en Londres. Jugaban los New York Yankees contra los Red Sox de Boston, y la duquesa de Sussex no se quiso perder el encuentro ya que en las filas de los Red Sox hay un pariente lejano suyo, el jugador Mookie Betts. Al menos eso se publicó en la prensa estadounidense, porque ellos nunca han confirmado que sean familiares, aunque el abrazo que se dieron este domingo bien puede servir de confirmación del parentesco.
Así, la ex actriz va retomando poco a poco su agenda después de haber dado a luz hace dos meses a su primer hijo, Archie Harrison Mountbatten-Windsor, al que de momento solo hemos podido ver el día en que la pareja lo presentó a los medios. Y parece que va a seguir siendo así, porque Harry y Meghan no tienen intención de exponer a su hijo, solo cuando sea estrictamente necesario. Por eso, su bautizo va a ser también un acto privado.
Tal y como informan los medios británicos, el próximo fin de semana los Sussex van a bautizar a Archie en la más estricta intimidad. Lo harán en el mismo lugar donde ellos se casaron y donde también se bautizó Harry, la capilla de San Jorge en Windsor, justo al lado de su nueva casa, Frogmore Cottage. Una vivienda que ha levantado una gran polémica en Reino Unido por el elevado coste que han tenido las obras para acondicionarla para que viva la familia, el cual podría superar los 3 millones de euros.
Según informa 'Daily Mail', la Reina Isabel no acudirá al bautizo del pequeño Archie. Sí lo hará su abuelo, el príncipe Carlos de Gales, y su mujer, Camila Parker, y los duques de Cambridge, William y Kate. El bebé llevará una réplica del traje que lució su padre el día de su bautizo, que es el mismo que han lucido 62 bebés reales desde que la Reina Victoria lo encargara para su primer hijo en 1841.
La celebración en privado del evento ha dado lugar a nuevas críticas a la pareja en las islas británicas, pues algunos ciudadanos consideran que mientras que Harry y Meghan vivan del dinero público deben abrir este tipo de actos al pueblo. "Bautizo privado financiado por fondos públicos", escribían algunos usuarios indignados en Twitter.
No obstante, los bautizos reales suelen ser eventos privados entre los Windsor, con invitación solo para sus familiares y amigos más cercanos. Aunque ellos tienen la opción de abrirlos al público, como hicieron William y Kate con sus tres hijos. Por el momento, no se sabe quiénes serán los padrinos que los Sussex elijan para su hijo, que será bautizado probablemente por el Decano de Windsor, el reverendo David Conner, y por el Arzobispo de Canterbury, Justin Welby.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios