Los duques de Sussex apuran las horas para tomarse ese descanso que tanto dicen necesitar. La emisión del documental de su viaje a Sudáfrica ha supuesto un gran escándalo en Reino Unido después de que confesaran lo devastados que estaban por el "acoso de la prensa" y de que Harry reconociera el alejamiento de su hermano William. Por ello, han decido tomarse seis semanas alejados del ojo público, para lo que pondrán rumbo a Estados Unidos, país natal de Meghan.
Allí pasarían Acción de Gracias con la madre de la exactriz, Doria Ragland, y se relajarían tras tantos meses en el alambre. Si bien sus pensamientos podrían ir más allá acerca de una nueva vida lejos de Reino Unido, porque podrían estar barajando mudarse la mayor parte del año a vivir a Estados Unidos.
Según apunta el periódico 'The Sun' este lunes, la pareja está valorando esta posibilidad. De hecho, su próxima marcha a California sería una especie de prueba para comprobar si pueden llevar allí mejor su vida y mudarse durante más tiempo, señala el tabloide. Así, estarían incluso buscando nueva vivienda para establecer lo que sería su 'segunda base de operaciones'.
Una decisión que preocuparía mucho a la Reina Isabel y al Príncipe Carlos, que no podrían evitar una marcha de miembros oficiales de la familia real, muy a su pesar. En concreto, citan a una fuente de Buckingham Palace que revela que "hay una aceptación de que las cosas no han funcionado con los Sussex a tiempo completo en Windsor para que puedan tener una segunda base en Estados Unidos".
Esto supone la resignación de la familia real inglesa, que no ha podido hacer nada para que Harry y Meghan se sientan bien ni cómodos con sus funciones. Y eso que les han dado todas las ventajas posibles: una residencia a parte del Palacio de Kensington, agenda propia, más privacidad que al resto... Pero parece que nada es suficiente para ellos.
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