Hermès, más allá del bolso "Birkin"

Celia Sierra.

Madrid, 24 sep.- Dos años de lista de espera y varios miles de euros son necesarios para adquirir un bolso "Birkin" o un "Kelly", dos iconos tras los que se esconde una firma familiar y centenaria como es Hermès, que ahora retrata su complejo entramado artesanal y creativo en la exposición "Esencia del cuero".

Trece salas ubicadas en la imponente galería de cristal del Palacio de Cibeles en Madrid, desde mañana hasta el 13 de octubre, guían al visitante en un peculiar viaje por el pasado y presente de la casa francesa, desde la posibilidad de ver a un artesano en vivo hasta una selección de rarezas y piezas de coleccionista.

"Hermès comenzó con la equitación; nuestro primer cliente sigue siendo el caballo, todo se ha adaptado, pero la esencia se mantiene", ha indicado hoy en una visita privada Clara Manzano, trabajadora de la firma, para sorpresa de muchos visitantes.

Y es que, más allá de sus míticas listas de espera y los rumores de "socialites" como Victoria Beckham que atesoran decenas de sus modelos, poco sabe el público general de la historia de la casa francesa, una firma que trata de mantener el equilibro entre el diseño moderno y su carácter artesanal.

La relación con el mundo de la equitación se ve claramente en bolsos como "Picotin", en origen la bolsa que se ponía en el morro del caballo para que comiera durante largas caminatas; o el modelo "Evenlin", que tiene perforada una 'H' para que no se olieran los aparejos de limpieza del animal.

Pieles curtidas y teñidas de animales exóticos como el cocodrilo, el pitón o la avestruz, junto a otras con menos pompa como la ternera, teñidas en tonos lila, naranja o marrón, dan la bienvenida al visitante en la muestra.

"No se desperdicia ni un solo trozo de piel", señala Manzano como prueba del amor de la firma por este material ante un columpio dispuesto en la exposición y hecho a partir de restos de fabricación.

Mientras, Cynthia, una artesana especializada en piel que trabaja habitualmente en la fabrica de la firma en Lyon, ha instalado su puesto en la exposición y se afana en dar vida a un bolso "Constance", un modelo para el que solo utiliza aguja, punzón y cordel doble, y quince horas de trabajo.

"Cada artesano realiza una pieza desde el principio hasta el final y, aunque no los firma, también llevan su sello", explica la guía.

Pero no solo de bolsos está hecha la firma. En "Esencia de cuero" hay también espacio para los cinturones inspirados en los estribos de los caballos, los míticos baúles, cuya complejidad solo es apta para los artesanos con más de 20 años de experiencia, y hasta se ha dispuesto una sala dedicada a los cierres.

En esta, destaca el bolso "Verrou Elan", un modelo cuyo cierre es un pestillo de baño, una rareza en una firma cuyas piezas como el "Birkin" no cuesta menos de 6.000 euros, inspirado en un modelo que Andy Warhol regaló a su musa Ultra Violet.

Otra de las salas, bautizada "Cuando el sueño se hace realidad", atesora los pedidos particulares de clientes, como una carretilla forrada en piel que el duque de Windsor regaló a Wallis Simpson o una colección de bolsos en miniatura hechos con motivo de la apertura de una tienda en Japón.

La firma ha querido rendir en esta muestra, que ya ha visitado Londres y Shangai, un pequeño tributo a España, con un original baile flamenco de dos bolsos modelo "Passe-Guide", al ritmo flamenco de una pieza compuesta por Alfonso de Villalonga ("Blancanieves").

Uno de ellos, en piel de cordero negro, será subastado por Christie's y los beneficios se destinarán al Museo del Prado, mientras que el otro, en piel de cocodrilo rojo bermellón, pasará a engrosar la colección de la firma.

Pero, quizá, lo que más sorprenda son las rarezas y piezas de coleccionista de la muestra, como una hebilla de Hermes que pertenecía al rey Alfonso XII, con una muesca de bala de un atentado, o un maletín hecho con una piel que viajaba en un barco que naufragó y permaneció durante dos siglos bajo el agua. Y es que "un cuero bello, nunca envejece", añade la guía.