El testamento del ecuatoriano Mejía Lequerica ve la luz en un libro

Cádiz (España), 9 mar.- El testamento que dejó el ecuatoriano José Mejía Lequerica, uno de los diputados "más activos y brillantes" de las Cortes de Cádiz, ha sido recogido en un libro por el historiador José María García León con el objetivo de acercarse a su lado humano.

"Epílogo de un revolucionario: el testamento de Mejía Lequerica", es el título del libro en el que el historiador español transcribe el documento que el diputado ecuatoriano, uno de los 67 iberoamericanos que participaron en las Cortes de Cádiz, dejó a su albacea antes de fallecer a los 37 años víctima de la fiebre amarilla en 1813.

La transcripción del testamento ve la luz ahora, cuando se celebra el bicentenario de la Constitución de 1812, y se presenta al público hoy en Cádiz, el mismo día en el que la alcaldesa de la ciudad, Teófila Martínez, entrega la Llave de la capital gaditana a Augusto Barrera, alcalde de Quito, la capital ecuatoriana en la que nació Mejía Lequerica en 1777.

En esta edición, el historiador transcribe el testamento de Mejía Lequerica que se conserva en un estado muy deteriorado en el Archivo de Protocolos de Cádiz, la ciudad en la que murió.

Mejía Lequerica, catedrático de filosofía, humanista y cultivado en las ciencias y las letras, llegó a España en 1809 con el objetivo de estudiar el patrimonio artístico del país.

Tras luchar contra las tropas napoleónicas en Madrid, fue designado diputado suplente por uno de los virreinatos españoles en América, lo que le llevó a participar en todo el proceso que culminó en la promulgación de la Constitución de 1812, que sentó los cimientos de la democracia en España e Iberoamérica e instauró principios como la soberanía nacional o la división de poderes.

García León sostiene que Mejía Lequerica fue muy diferente a la mayoría de los diputados iberoamericanos que participaron en aquellas cortes.

"Fue el diputado más brillante de América. Casi todos ellos intervenían en las Cortes para reivindicar mejoras sobre las carencias de sus circunscripciones, luchaban por sus territorios. Él fue una excepción en ese sentido, fue un hombre de Estado que planteaba políticas de Estado", señaló a Efe el catedrático, especialista en aquel proceso constituyente.

Destacó que a él se debe la iniciativa de que las Cortes Extraordinarias, que se reunieron en San Fernando y en Cádiz para defender la monarquía española mientras el país estaba invadido por las tropas napoleónicas y el rey español cautivo en Francia, se plantearan redactar una nueva Constitución, que decretara la abolición de la Inquisición o la libertad de imprenta.

"De no haber muerto tan joven hubiera sido uno de los grandes líderes de los países iberoamericanos", subrayó el historiador.

De su influencia política queda constancia en el diario de sesiones de las Cortes de Cádiz, y por eso a García León le ha interesado más rescatar "el valor humano" de un testamento que el diputado ecuatoriano, consciente de que su muerte se acercaba, dejó a su albacea, uno de los médicos de la ciudad.

El testamento, escrito en un lenguaje "muy jurídico", se publica ahora en un volumen que incluye un estudio del cronista ecuatoriano Juan Paz y Miño, para mostrar sus últimos sentimientos y voluntades.