Lengua e historia se funden en la gran exposición del tricentenario de la RAE

  • Ana Mendoza.

Ana Mendoza.

Madrid, 25 sep.- La Real Academia Española propone "un viaje en el tiempo", de tres siglos de duración, en la gran exposición que conmemora el tricentenario de esta institución y que recrea la influencia de la historia de España en la labor de los académicos a través de verdaderas joyas bibliográficas y pictóricas.

Son más de 300 piezas, prestadas por una cincuentena de instituciones españolas y extranjeras, las que se han reunido para esta muestra, titulada "La lengua y la palabra. Trescientos años de la Real Academia Española", que hoy ha sido presentada a la prensa en la sede de la Biblioteca Nacional y que mañana inaugurará la Reina.

Resumir tres siglos de historia, marcados por guerras, revoluciones y dictaduras, pero también por grandes avances científicos, sociales y tecnológicos, no era fácil, y por eso la exposición ha sido "un reto importante" para sus comisarios, la historiadora Carmen Iglesias y el historiador de la ciencia José Manuel Sánchez Ron, según reconocían ambos en declaraciones a Efe.

Han trabajado "con el tiempo justo" (apenas un año para reunir el material y preparar el catálogo), pero han logrado contar la historia de la Academia y de los académicos, incardinada en la historia de España.

"No ha habido nunca torres de marfil. Los acontecimientos históricos empujan a los seres humanos a tener que tomar decisiones y organizar sus vidas según lo que va sucediendo", señalaba Carmen Iglesias.

"Los académicos de cada época se vieron afectados por los acontecimientos políticos", continuó, antes de mostrar con satisfacción algunas de las obras importantes que se exhiben, entre ellas de Goya, Mengs, Luis y Federico de Madrazo, Sorolla, Fortuny, Zuloaga, Vázquez Díaz o Benlliure.

Sánchez Ron insistía en que "La lengua y la palabra" refleja la historia de España "y en cierto sentido la del mundo", porque durante una parte importante de esos tres siglos "España era una potencia mundial".

El visitante se encontrará con numerosas joyas bibliográficas, como la "Gramática" de Nebrija, el "Tesoro de la Lengua Castellana" de Covarrubias, la edición académica de "El Quijote" de 1780 o manuscritos y primeras ediciones de obras de Lope de Vega, Quevedo, Zorrilla, Rubén Darío, Lorca o Alberti, entre otros muchos escritores.

La biblioteca de la RAE alberga verdaderos tesoros y algunos de los más importantes forman parte de la exposición, como el "Diccionario de Autoridades" (1726-1739), aquel de seis tomos que hicieron en un tiempo récord los primeros académicos; el llamado "Diccionario chico", de 1780, ya en un solo tomo.

O también las diferentes ediciones de la "Gramática" y de la "Ortografía" que ha ido publicando la corporación.

Y es que todo empezó en 1713, "con una tertulia de ocho académicos valientes" que se dieron cuenta de que España no tenía un diccionario a la altura de los de otros países europeos y pidieron protección al Rey para poder hacerlo.

Así comenzó la labor de la RAE, que se ha prolongado a lo largo de "tres siglos de independencia y de colaboración con otras instituciones", afirmó Carmen Iglesias.

Dividida en siete apartados y con una estructura cronológica, la exposición comienza con las pizarras visigóticas y tablillas cuneiformes y termina con el mundo digital y cibernético del siglo XXI, pasando por la Ilustración, la invasión napoleónica, la independencia de los virreinatos americanos y el surgimiento de las repúblicas americanas hasta llegar al convulso siglo XX.

En los años de la Guerra Civil (1936-1939) y de la posterior dictadura franquista se produjeron algunas de las intervenciones más duras contra la Academia, que siempre guardó sus sillones a los académicos represaliados y no los volvió a convocar hasta que fueron muriendo.

Salvador de Madariaga, elegido académico antes de la guerra, fue el único de los expatriados que volvió en 1976 para leer su discurso de ingreso en la RAE, y por eso tiene un apartado en la exposición.

También hubo ataques a la RAE durante el absolutismo de Fernando VII (1814-1833) y la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930). "Siempre fueron gobiernos o regímenes autoritarios o dictatoriales", subrayaba Carmen Iglesias.

El siglo XIX fue, además, el del surgimiento de las repúblicas americanas. Se produjo la ruptura política pero no la de la lengua española, algo que los comisarios califican de "casi milagroso".

En la exposición se le rinde homenaje a Andrés Bello, Rufino José Cuervo y a las personas que hicieron posible una política lingüística común, que luego se afianzó en el siglo XX y continúa en el XXI. Desde hace más de una década, las principales obras de la Academia se consensúan entre las veintidós academias de la Lengua Española.

En el apartado dedicado a América, se pueden ver también ejemplares de las gramáticas de lenguas indígenas, que "salvaron la diversidad lingüística que había en América", comentaba Iglesias.

El director de la Real Academia Española, José Manuel Blecua, hizo hincapié en esas gramáticas y en el catecismo que se utilizaba para enseñarle la religión a los indígenas, en el cual el Espíritu Santo aparece representado con un colibrí.

"La lengua y la palabra" estará abierta hasta finales de enero de 2014 y servirá sin duda para que la Academia "se saque la espina" de los otros dos centenarios, que "pasaron sin pena ni gloria". En 1813, España estaba invadida por los franceses "y los académicos estaban divididos", y, un siglo más tarde, Europa entraba en guerra, destacó hoy el secretario de la RAE, Darío Villanueva. EFE

amb/ram

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