Hurts encajan como pueden la épica de su música en una sala para debutantes

  • Madrid.- Un escenario demasiado pequeño para un disco demasiado grande, épico y rodeado de tantas espectativas. Hurts, que esta noche actuó en una concurridísima sala Penélope de Madrid, puso al fin a prueba los temas de su álbum de debut que, varios meses antes de publicarse, ya era un bombazo producto del boca a boca en Internet.

Hurts encajan como pueden la épica de su música en una sala para debutantes
Hurts encajan como pueden la épica de su música en una sala para debutantes

Madrid.- Un escenario demasiado pequeño para un disco demasiado grande, épico y rodeado de tantas espectativas. Hurts, que esta noche actuó en una concurridísima sala Penélope de Madrid, puso al fin a prueba los temas de su álbum de debut que, varios meses antes de publicarse, ya era un bombazo producto del boca a boca en Internet.

El dúo británico formado por el cantante Theo Hutchcraft y el sintetizador Adam Anderson, acompañados de otros dos músicos y un corista con tintes operísticos, se presentaron ante el público de Madrid embutidos en sus trajes sobrios e impolutos, herencia de un abuelo con gusto, con las camisas abrochadas hasta el cuello y gomina hasta en las pestañas.

Provistos de la elegancia y sobriedad que les caracteriza, desgranaron una a una las canciones de su disco de debut, "Happiness", ante un público entregado desde el inicio pese a la complicada distribución del espacio -con dos columnas ocultando el escenario a buena parte de los asistentes- y una acústica sospechosa.

El grupo distribuyó sabiamente sus canciones fuertes, herederas del synth-pop y el romanticismo ochentero, para proporcionar varios momentos álgidos a lo largo del evento: "Silver lining", "Wonderful Life" y la balada "Blood, Tears and Gold" al inicio; "Stay" y "Devotion" hacia la mitad y "Better than love" para acabar a lo grande.

Entre medias, los británicos regalaron varios extras como el homenaje a su "madrina" de debut, Kylie Minogue, con una versión de su tema "Confide in me".

Pese a su innegable carisma, a Theo Hutchcraft se le nota levemente la inexperiencia sobre el escenario, pero ni el calor de la sala hizo que perdiera la pose afectada de lord inglés.

Con la mano derecha ladeada y el meñique despegado, concentró allí casi toda la expresividad de su cuerpo que, como mucho, sometió a una suerte de baile pendular. Sólo hacia el final del concierto se relajó lo suficiente como para dibujar una leve sonrisa de satisfacción.

Si las espectativas son ciertas, Hurts están llamados a convertirse en un público de masas. Su música lo pide y, aunque corren el riesgo de morir de éxito antes siquiera de llegar a explotar, sus canciones deberían poder disfrutarse al menos una vez en el espacio para el que se concibieron, un gran recinto con estallidos de luz y griterío.

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