Imanol Arias: Don Ignacio ha muerto, que viva Tony Leblanc

  • Imanol Arias, compañero de Tony Leblanc en la serie "Cuéntame" entre 2001 y 2010, ha recordado hoy al fallecido actor como "enérgico pero amigable" y ha subrayado su dominio total del oficio y su seguridad de ser "el más querido" por el público: "don Ignacio ha muerto, que viva Tony Leblanc", ha exclamado.

Madrid, 24 nov.- Imanol Arias, compañero de Tony Leblanc en la serie "Cuéntame" entre 2001 y 2010, ha recordado hoy al fallecido actor como "enérgico pero amigable" y ha subrayado su dominio total del oficio y su seguridad de ser "el más querido" por el público: "don Ignacio ha muerto, que viva Tony Leblanc", ha exclamado.

Arias, a quien la noticia ha sorprendido porque ignoraba que estuviera enfermo, ha recordado en declaraciones a Efe que desde que Leblanc -cuyo verdadero nombre era Ignacio Fernández- apareció una mañana de julio de 2001 en los Estudios Barajas para meterse en la piel del quiosquero Cervan depositó en él "una confianza y un cariño llenos de historias y de secretos de la profesión".

"Tenía muchas ganas de conocerle en persona porque para mí era el protagonista de una televisión llena de 'gazmoños' que iban del gimnasio a la Casa de Campo y de la Casa de Campo al gimnasio, que hacía gags surrealistas y era miembro de una generación muy grande, del tiempo de Alfonso del Real y de Luis Ciges", ha explicado.

En el plató de "Cuéntame" Leblanc y él tenían largas conversaciones sobre lo que denominaba "ser primer actor" y el "sentido del mando".

"Ser el primero, decía, no es solo gritar, imponerse o pensar en uno mismo, sino matarse a trabajar pensando en la historia y en los que la hacen y en ser muy generoso. Le daba mucha importancia a ser querido y decía que él era el más querido y que se lo había trabajado él a pulso", ha detallado.

En las numerosas escenas corales de la serie, ha dicho, Leblanc "cogía la batuta con su gran dominio del 'timing'" y era capaz de producir "una magia muy especial" dándole a la escena "una grandeza increíble, con un humor muy natural, con una mirada que parecía una lente fotográfica ".

"No dejaba pasar una" pero cada una de sus aportaciones u objeciones nacían de un dominio absoluto del medio y de la profesión, subraya.

También tenía un gran sentido del humor, ha precisado, pero era "muy especial porque él nunca se reía de sus chistes, lo que le gustaba era ver cómo disfrutaban los demás".

"Yo le decía siempre 'Tony nos vas a enterrar a todos' y él respondía 'que Dios te oiga' y ha sido don Ignacio que se ha ido y él se ha quedado para siempre".

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