Ivor Bolton llega al Real "enamorado" de España y de su "mente abierta"

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 11 feb.- Uno de sus mayores placeres es viajar al pueblo granadino de Montefrío y tiene la suerte de que su esposa y su hijo estén tan enamorados de España como él, pero la razón fundamental de que el inglés Ivor Bolton haya aceptado dirigir la orquesta del Real es "la juventud y mente abierta" del teatro.

Bolton (1958) fue nombrado ayer por la Comisión Ejecutiva del principal teatro lírico español nuevo director musical del coliseo, una titularidad que empezará a ejercer en el foso en la temporada 2015/2016 pero que "desde ya" se notará en "la formación" y dirección estilística de una orquesta y un coro que describe, en una entrevista con Efe, como "extraordinarios".

"Estoy emocionado con mi nombramiento y con estar aquí. Hemos estado planeando en las últimas semanas cómo hacerlo, si aceptar y hemos decidido que será genial estar aquí", explica sobre el "concilio" familiar que se abrió con una oferta que les ancla "más aún" con España.

Su mujer, la musicóloga y crítica Tess Knighton, imparte desde 2011 clases sobre renacimiento musical español en la Institucio Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA), de Barcelona.

A pesar de ese "asentamiento", Bolton no sabe, "aún", ni catalán ni castellano porque, se justifica, apenas pasa 40 días en España: además de ser el titular de la Mozarteum Orchestra de Salzburgo, es un habitual desde hace 12 años del Festival de Glyndebourne, del Covent Garden de Londres, de la Opera National de París o del Lincoln Centre de Nueva York.

Bolton estaba en Madrid cuando se dio ayer a conocer el nombramiento, que termina con la "filosofía Mortier" de que no hubiera un director titular sino varios invitados cada temporada, porque está ensayando "Alceste", de Gluck, que se estrenará el 27 de febrero.

"Me recibieron muy bien, muy calurosamente. Me emociona tanta atención porque fueron de verdad muy amables y cariñosos conmigo y esa sensación es muy potente y está cargada de buenos augurios", afirma Bolton, que trabajará "en los detalles y algunas líneas estilísticas" para que la formación se asiente en "el top internacional".

Parte de una situación "muy saludable" del coro y la orquesta del Real y destaca "el magnífico" trabajo de Andrés Maspero al frente del primero: "es muy capaz y profesional y me gusta mucho lo que ha hecho".

Le gustaría compartir el podio, que él solo ocupará en tres títulos en cada temporada, con muchos directores "talentosos" de los que solo cita a Pablo Heras-Casado. El resto se los guarda para más adelante, "porque -bromea- algo tiene que quedar en secreto".

Presume de una relación "espléndida" con el sustituto de Gerard Mortier como director artístico, Joan Matabosch, al que conoció en el Liceo, y le describe como "una dínamo humana".

"Joan conoce este negocio como nadie. Conoce a todo el mundo y todo el repertorio. Es muy rápido, eficaz y preciso y es muy productivo trabajar con él, porque va al grano", alaba.

Guardaba muy buenos recuerdos del Real, donde dirigió en 2007 "Leonore", de Beethoven, y en 2009 "Jenufa", de Janaceck, pero lo que le ha subyugado realmente de la oferta de ponerse al frente de su orquesta es que es "una joven compañía, una casa nueva".

"Eso es una gran ventaja, porque no es de esos teatros que viven instalados en sus días de gloria y aferrándose a los viejos tiempos y a los modos de momentos ya terminados", subraya.

Si el público responde o no a sus propuestas no puede saberlo pero a lo que no va a renunciar, anuncia, es a hacer "todo lo posible" por "estimular las mentes, con responsabilidad y con la verdad por delante".

Su "centro de gravedad", puntualiza, es la música clásica, el repertorio barroco, el primer romanticismo y la primera parte del siglo XX, pero también le apasiona Benjamin Britten (1913-1976), así que, se ríe, "lo mismo se ve algo de eso por aquí".

No echa de menos sus días de clavecinista pero le gusta de vez en cuando tocar en alguna de las piezas que dirige, especialmente en los recitativos de las óperas de Mozart porque, admite, significa mucho para él.

Le gusta el Barça, descubrir restaurantes y, por encima de todo, viajar al pueblo de Granada donde se junta con muchos amigos y del que ahora, dice feliz, estará más cerca aunque sean muy raros los días libres en una agenda que ahora ya está "definitivamente completa".

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