Javier Conde pasea la única oreja en la primera de feria

  • El torero Javier Conde paseó el único trofeo del primer festejo de la Feria de San Julián, celebrado hoy en Cuenca, en el que el deslucido juego de los toros condicionó sobremanera tan escaso bagaje artístico.

Cuenca, 20 ago.- El torero Javier Conde paseó el único trofeo del primer festejo de la Feria de San Julián, celebrado hoy en Cuenca, en el que el deslucido juego de los toros condicionó sobremanera tan escaso bagaje artístico.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Sánchez Arjona, bien presentados pero sin fondo ni clase, y en el límite también de las fuerzas. Corrida deslucida en la que se salvaron el encastado cuarto, y en parte también el noblote segundo, aunque éste acabaría también apagándose.

Javier Conde, que sustituía a José María Manzanares: pinchazo, media y descabello (silencio); y buena estocada (oreja tras aviso).

José Antonio "Morante de la Puebla": tres pinchazos y media (ovación); y pinchazo hondo y descabello (ovación).

Miguel Ángel Perera, que sustituía a Cayetano Rivera: dos pinchazos y media (ovación); y estocada que "hace guardia", dos pinchazos, media y dos descabellos (silencio tras aviso).

La plaza rozó el lleno en tarde muy calurosa.

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UNA BIRRIA DE CORRIDA

Javier Conde anduvo muy desconfiado con el toro que abrió plaza, que le hizo un extraño de salida en el capote, y ya desde ahí no quiso prácticamente ni verlo, sin llegar a estructurar faena.

El cuarto fue otro cantar, el mejor toro del envío, encastadito y con "nervio". Conde estuvo bastante mejor que en su primera faena, e instrumentó una labor de raza basada por el pitón derecho, en la que surgieron muletazos de buen aire, perdiendo pasos entre pase y pase para no verse desbordado, y ganarle así la acción al astado.

Buena faena de Conde, que como epílogo sacó a relucir su habitual repertorio de carreras, pasos de puntillas y otros guiños de cara a la galería. Agarró una buena estocada y cortó una primera oreja.

"Morante" hizo un esfuerzo con el primero de su lote, al que saludó con bonitas verónicas en el recibo, y al que toreó con la muleta sobre el pitón derecho en series cortas de muletazos templados y con cierto "duende".

El toro, noblote y manejable en los primeros compases, sin embargo, acabaría también desfondándose a mitad de faena. Pudo haber "tocado pelo" el sevillano de no haber fallado a espadas, pero todo quedó en una ovación.

El cuarto no tuvo clase alguna y "Morante" instrumentó una faena de pases sueltos de cierto aroma; pero al conjunto le faltó redondez, y todo por culpa de la poca colaboración del toro.

Perera no tuvo la más mínima opción con su flojo y apagadísimo primero, que se quedaba muy corto en la muleta, y con el que trató de justificarse mediante un arrimón que conectó en cierta medida con los tendidos, que le sacaron a saludar al término de su labor.

El sexto no podía ni con su sombra. Toro muy protestado por sus nulas fuerzas, al que Perera, no obstante, acabó exprimiendo de principio a fin en una faena de mucha importancia, aunque sin rúbrica con los aceros.

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