Javier Rebollo dice que "este premio demuestra que hay otro tipo de cine español"

  • San Sebastián.- El realizador madrileño Javier Rebollo se ha alzado hoy con la Concha de Plata al mejor director en el Festival de Cine de San Sebastián por "La mujer sin piano", una película de lenguaje arduo pero deslumbrante que representa la facción más independiente y con vocación de autor del cine español.

San Sebastián.- El realizador madrileño Javier Rebollo se ha alzado hoy con la Concha de Plata al mejor director en el Festival de Cine de San Sebastián por "La mujer sin piano", una película de lenguaje arduo pero deslumbrante que representa la facción más independiente y con vocación de autor del cine español.

"Este premio demuestra que hay otro tipo de cine español, que también incluye a la película que ha recibido el premio FIPRESCI 'Los condenados', de Isaki Lacuesta", reinvindicó Rebollo al conocer la decisión del jurado que preside Laurent Cantet.

"La mujer sin piano" es la segunda película de Rebollo, quien ha recibido el premio "con serenidad, con mucho orgullo y con humildad", porque "hay que desconfiar de los premios. Campanella al principio del festival dijo que se llevaría dos", explicó a Efe en una entrevista.

El cineasta, que ya optó a la Concha de Oro con su filme de debut, "Lo que sé de Lola", sigue en esta nueva película el periplo de Rosa, una mujer frustrada interpretada por Carmen Machi que decide romper su monotonía por las calles de un Madrid nocturno y magnético en el que las cosas suceden sin concatenación lógica.

Su poderoso lenguaje, su narración velada y su poesía de la insatisfacción fue recibido con tantas deserciones en la sala de proyección como aplausos al final.

"Preferí que todo quedara velado, escondido, que nunca hubiera respuestas directas" para contar "el intento de dos cuerpos por aproximarse".

"Pero reducir una película a un tema es empequeñecerla. También trata del mundo moderno, de lo incómodo y lo cómico que me parece el mundo moderno", de crisis circulares, del emigrante "como pieza de recambio" y "celebra las relaciones de amor heterodoxo".

Todo condensado en una cinta con "un punto de vista muy clínico, de atestado policial. Un punto de vista muy documental" que se suspende en el umbral del verdadero acontecimiento: "parece que empieza cuando la película ha terminado".

Este cine con poca vocación de convencional, a menudo relacionado con lo excluyente, vuelve a abrir el debate entre la siempre difícil relación entre la autoría y el público mayoritario.

"Hay que relativizar el asunto de la taquilla. La taquilla es sólo una batalla no es la guerra. Hay muchos otros lugares donde una película debe combatir", explica triunfante el director, que junto a la guionista de sus películas, Lola Mayo, encabeza la oposición al borrador de la Orden de Desarrollo de la Ley de Cine.

"Un pequeño público sumado a otro pequeño público de París, Bruselas, Chile o México acaba siendo un gran público" y "la única manera de respetar al espectador es pensar en la película y eso no se hace en los despachos, sino en las buhardilla de los artistas, entre comillas, que muchos no lo son o no lo somos, y se equivocan, pero bendita equivocación", explica.

"No hay ninguna guerra. Ni contra la ministra (de Cultura, Ángeles González Sinde), que insistimos que es uno de los nuestros, ni contra Guardans (director del Instituto de Cinematrografía y Artes Audiovisuales). Hay diálogo".

"La ley que se aprobó en el Parlamento. Quería preservar la diversidad cultural y un tipo de cine que tenía otros valores añadidos que no son los de la taquilla y los productores independientes desligados de las televisiones. Fueron faros para fundar la ley. Ahora llega un borrador que va contra todo aquello", prosigue.

"Guardans me parece un buen político, un tipo inteligente, pero tiene que desarrollar la ley que ha sido aprobada en el Parlamento. Pero él es muy intolerante. Muy maleducado y muy violento", asegura, y "cada vez que escucho la palabra industria unido a lo cultural me pongo malo", añade.

Respecto a quienes acusan al cine español de vivir de las subvenciones, responde: "Es una ignorancia inmensa del público decir que el cine español chupa del bote. ¿y las hidroeléctricas, y el museo reina sofía y el regadío? Con lo que en un año se subvenciona el Reina Sofía se hacen todas las películas del cine español", argumenta.

En cualquier caso, con este premio parece coger impulso para su próximo proyecto. "Nos vamos a Argentina a preparar una nueva pelícual, con Lola Mayo y Salvador Roselli, el guionista de "Bombón el Perro". Será la historia de un enfermo que se escapa de un hospital cuando sabe que la vida se le acaba y emprende un viaje".

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