Joaquín Kremel, "el místico", se "lava las manos" como Poncio Pilatos

  • Joaquín Kremel, al que de crío llamaban "el místico" porque se sabía entera "la Semana Santa" y, "encima", en latín, nunca imaginó que alguna vez sería el que "se lavaba las manos", Poncio Pilatos, el protagonista del emocionante "Evangelio" de Eric-Emmanuel Schmitt, que se estrena esta noche en Madrid.

Madrid, 8 jul.- Joaquín Kremel, al que de crío llamaban "el místico" porque se sabía entera "la Semana Santa" y, "encima", en latín, nunca imaginó que alguna vez sería el que "se lavaba las manos", Poncio Pilatos, el protagonista del emocionante "Evangelio" de Eric-Emmanuel Schmitt, que se estrena esta noche en Madrid.

"El Evangelio según Pilatos", que estará en el Conde Duque hasta el 24 de julio, es una obra del escritor, dramaturgo, director y filósofo Eric-Emmanuel Schmitt sobre el romano, el único "civil" que aparece en el Credo, que "se puso de perfil" en el "caso" del "mago de Nazaret".

"Representar a este personaje -cuenta Kremel en una entrevista con Efe- me ha hecho mirar al personaje desde otro lado. La gente cree que fue el malo, que se lavó las manos y condenó a Jesús, pero Él dice 'nada ocurrirá sin mi paso por la muerte'. Si Pilatos no hubiera sido 'un colaborador necesario', el hijo de Dios no hubiera sido condenado y ejecutado".

Schmitt, el autor de "El señor Ibrahim y las flores del Corán", pone en la obra al romano Pilatos a investigar, como si fuera un "csi" místico, el caso de la desaparición del cuerpo de Jesucristo fundamentándose en que la resurrección del Mesías no es un hecho "histórico".

"Poncio Pilatos, al que hemos visto mil veces en las películas de romanos, es un militar, un hombre moderno, dominado por la razón, que, destinado en una provincia -Judea- para garantizar la 'pax romana', tiene que investigar lo que ha pasado con el cuerpo del 'mago de Nazaret' porque su desaparición puede provocar revueltas".

Se pone entonces "en plan policía" a buscar el cadáver y se obsesiona con encontrarlo. Él piensa, porque ya se le ha "aparecido" a varias personas, que o bien está vivo o que sus "fans" han robado el cuerpo, detalla Kremel (1947, Montgat, Barcelona),

En medio, discurre la historia de amor con su mujer, Claudia Prócula (Julia Torres), que el productor y adaptador de la obra, José Sámano, ha convertido en su versión española, con la aquiescencia del autor, en un personaje real por primera vez.

La obra, dice Kremel, resume "la dicotomía del ser humano: la razón, que representa Pilatos, y lo irracional, la fe, lo emocional, que asume su mujer".

El actor catalán asegura que tras interpretar esta pieza, estrenada el pasado 29 de abril en Avilés y que, hasta ahora, sólo se ha visto también en Gijón, tiene claro que "la razón no lo explica todo".

Él, que de niño quería ser misionero, tuvo una formación "muy cercana a la Iglesia", de hecho se aficionó al teatro "viendo la ceremonia, el gran teatro de los Oficios religiosos, envuelto en incienso y con aquel misterio".

El "afán místico", revela, se le "quitó" cuando llegó a la Universidad y empezó a leer "todo eso de Sartre". "Fue un pase al otro lado total", se ríe aunque su interpretación de esta obra ha producido un nuevo cambio en él.

"No me he vuelto creyente en la acepción católica, apostólica y romana pero lo que hizo Jesús me parece imbatible, tan sencillo y tan difícil de llevar a cabo: el amor a todos. Si le hiciéramos caso todo iría la mar de bien en el mundo", conjetura.

La obra, que ha tenido, según dice, una "respuesta del público y la critica entusiasta" donde se ha representado, saldrá a partir de agosto de gira por toda España durante varios meses.

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