Que a los futbolistas les apasionan los coches gran cilindrada no es nada nuevo. La mayoría de estrellas del fútbol tienen varios en su garaje, a cada cual más caro y rápido. Si bien a John Terry, exfutbolista inglés del Chelsea, la afición se le ha ido un poco de las manos...y de la cartera, porque se ha convertido en coleccionista de Ferraris y posee algunos de los más exclusivos.
El ahora entrenador asistente del Aston Villa no ha dudado en invertir buena parte de su patrimonio en acumular una importante flota de Ferraris con los que suele moverse por Cobham, Surrey, ciudad en la que reside actualmente. Su principal tesoro es el modelo Enzo -nombre del fundador de la marca-, un coche del que solo se fabricaron 400 unidades y que tiene un precio de 2,3 millones de euros.
Este bólido fue desarrollado utilizando la tecnología de la Fórmula 1, donde la casa es experta, por lo que puede alcanzar una velocidad máxima de 220 kilómetros por hora. Terry se hizo con él en 2013, cuando el Chelsea levantó la Europa League, aunque en una entrevista confesó que llevaba mucho tiempo interesado en él. De hecho, a sus 20 años acudía a las ferias de exposición solo para poder verlo. Lo que más le gusta del coche es que es edición limitada, de modo que se asegura que no va a cruzarse con muchos por la carretera -más bien con ninguno-.
Otro de sus caprichos de la firma del 'Cavallino Rampante' es el modelo 275 GTB, un clásico de los años 60 que Terry no dudó en recuperar para su colección. Este coche le habría costado al exfutbolista alrededor de 1,7 millones de euros y sería también un modelo que habría querido toda su vida, a pesar de ser más antiguo. Tampoco hay que deseñar su potencia, pues puede pasar de 0 a 60 kilómetros en apenas seis segundos. Su apariencia es bastante distinta que la del Enzo, ya que es un coche de estilo clásico en color azul eléctrico.
En su garaje también está un 495 Spider, que es el que Terry conduce a menudo. Este coche lo compró en 2012 y sería el más barato de todos sus Ferrari, ya su precio rondaría los 200.000 euros. Además, cuenta con el famoso Testarrosa, valorado en más de 170.000 euros y un Lusso, de más de 230.000 euros.
Pero no solo de Ferraris vive Terry. Entre su colección también hay espacio para otras míticas firmas, como Rolls Royce, de la que tiene uno del modelo Wraith, de 270.000 euros. También posee un Bentley Continental GT que ronda los 200.000 euros o un Range Rover Overfinch, de 100.000 euros. En total, más de 5 millones que forman uno de los garajes más deseados del mundo.
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