José Carlos Martínez, a la búsqueda de la versatilidad para la CND

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 19 jul.- José Carlos Martínez empezará oficialmente en la Compañía Nacional de Danza (CND) el 1 de septiembre pero ya ha hecho esta mañana su primera audición, "muy abierto" a lo que puedan ofrecer las 217 bailarinas y 89 bailarines que optan a 5 plazas. Él, asegura a Efe, sólo quiere gente "versátil" porque esa será la marca de la nueva compañía.

Martínez (Cartagena, 1969) se despidió el pasado viernes de la compañía en la que ha estado 23 años como bailarín estrella, la Ópera Nacional de París, y pasó "el trago" con el sentimiento encontrado de perder a sus compañeros y su camerino y saber que tiene por delante un proyecto que le motiva "muchísimo".

"¡Qué mal de bien lo pasé!", exclama bromeando en un receso de la audición por la que pasarán hoy 306 candidatos -en la veintena la mayoría de ellos- para engrosar la plantilla de la CND, bien en la titular o en la CND2, procedentes "de todo el mundo" aunque casi la mitad son españoles.

Lo que busca la CND -que forman en la titular 28 miembros y en la CND2, 13- son bailarines "muy potentes, versátiles y con personalidad", aunque con un mínimo de técnica clásica, que sirvan a la nueva formación, detalla Martínez.

El bailarín y coreógrafo tiene que convertir -a eso se comprometió en el proyecto por el que el INAEM le escogió para sustituir a Nacho Duato entre otros 21 candidatos- una CND dedicada durante dos décadas exclusivamente al contemporáneo en una formación que abarque también el clásico y el neoclásico.

Esto último ha llevado al equívoco a algunas candidatas, que ya en el primer minuto de la primera audición se han "plantado" las zapatillas de puntas.

"He visto muchas ganas en todas pero había quien pensaba que venía a una compañía clásica y no es eso lo que pretendemos. Ya se darán cuenta cuando salgan las listas con las seleccionadas", relata Martínez, asesor técnico del tribunal de la audición, que ha presidido el bailarín Fabrice Edelmann con Cati Arteaga de maestra repetidora.

"Yo creo que el nivel era bajo", asegura implacable a Efe Arteaga, que daba instrucciones rápida y concisamente a unas bailarinas que "memorizaban" las instrucciones repitiéndolas en muchas casos con las manos.

Hoy se han programado seis clases, de una hora y cuarto cada una, en la que chicos y chicas, por separado, y repartidos en grupos han tenido que hacer una clase de barra y una de suelo, y otra con zapatillas de puntas.

En primera, segunda, quinta... las aspirantes han tenido que hacer "plies", "developes", "releves", "en dedant" y "en dehors"; "tandus" y "piqués" y luego, en el suelo, toda clase "fouettes", "glissades", "jettés" y vueltas y más vueltas a derecha y a izquierda y todo ello sin un jadeo, a pesar del cada vez más evidente sudor en los maillot, ni un murmullo.

"Estoy contenta con lo que he hecho pero ha sido difícil", ha dicho a Efe al término de su prueba la francesa Adele Borde, nieta de español, a la que lo más complicado le ha parecido la diagonal a la izquierda en puntas.

Borde es una de la treintena larga de francesas que se presentan a la prueba, por la que pasarán también vietnamitas, coreanas japonesas y estadounidenses, entre otras muchas nacionalidades.

La madrileña Elena Valls vive en Nueva York desde hace varios años trabajando en compañías privadas pero "lo daría todo" por trabajar en la CND. "Tiene mucho prestigio y ahora con José Carlos...", piropea en declaraciones a Efe.

Carolina Marques, brasileña de Río de Janeiro, también vive en Nueva York, la prueba le ha parecido "normal" y está "muy esperanzada" de ser una de las 11 de su grupo que han pasado a la prueba de mañana, un taller de baile contemporáneo, "el examen determinante" para trabajar junto a Martínez.

"Vengo con muchas ganas y emoción y ya me han dicho que de la plantilla actual, todos, excepto uno, quieren quedarse en el nuevo proyecto".

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