Murcia.- Los diestros José Tomás y Matías Tejela empataron hoy a dos orejas en la quinta corrida de la Feria de Septiembre de Murcia, en la que el mal juego del encierro de la ganadería Marqués de Domecq frustró todas las expectativas que había levantado el festejo.
Se lidiaron toros de Marqués de Domecq, aceptables de presencia, sin raza, clase ni "transmisión". Encierro de poco juego en conjunto. Segundo y quinto, pitados.
Julio Aparicio, silencio y una oreja.
José Tomás, dos orejas y ovación.
Matías Tejela, una oreja y una oreja.
En la enfermería fue atendido Aparicio de "herida en la región inguinal con contusión en el testículo derecho y en la pierna izquierda, de pronóstico leve, que no le impide continuar la lidia".
La plaza tuvo lleno de "no hay billetes" en tarde soleada.
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TRIUNFOS SIN TOROS
El primer toro de Aparicio, tardo en la embestida y falto de raza, no fue cómodo oponente. Estuvo entregado el torero, que sufrió una voltereta, lo que obligó a abreviar, también por las nulas opciones del toro.
En su segundo comenzó la labor un tanto desconfiado, pero se creció al comprobar que podía conseguir algo, que no mucho, de un astado que carecía de motor. Cortó una oreja.
José Tomás no pudo redondear sus faenas, pese al gran valor y firmeza que derrochó. Lo mejor lo hizo en su primero, toro reservón al que se pasó siempre muy cerca y que lo lanzó por los aires al iniciar una tanda de muletazos, dándole luego en el suelo una tremenda paliza de la que resultó con la taleguilla rota, pero sin mayores consecuencias.
En el quinto tampoco hubo entendimiento posible, ni emoción en su labor, en este caso también porque el toro, el más peligroso de la tarde, remataba siempre con la cara arriba, poniéndole en dos ocasiones los pitones en la cara, y con el que no tuvo posibilidades.
Tejela estuvo aseado y con muchas ganas en sus dos toros, con los que realizó un tremendo esfuerzo para estructurar dos faenas que no llegaron a "romper" porque sus oponentes no colaboraron ni "transmitieron" lo más mínimo. El sexto, además, desarrolló peligro, "orientándose", sabiendo lo que se dejaba atrás.
Al final del festejo, Matías Tejela salió a hombros por la Puerta Grande, mientras que José Tomás, afectado por la paliza recibida durante el revolcón, prefirió hacerlo por su propio pie.
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