Jóvenes y viejos valores del cine estadounidense se citan en Valladolid

  • Valladolid.- El veterano cineasta estadounidense Paul Schrader, guionista de "Taxi Driver", y el joven valor Max Mayer, director de series como "Alias" o "El ala oeste de la Casa Blanca", han estrenado hoy sus últimos trabajos en el Festival de Valladolid: "Adam" y "Adam Resurrected", respectivamente.

Paul Schrader ambienta en el Holocausto un drama de tintes psicológicos
Paul Schrader ambienta en el Holocausto un drama de tintes psicológicos

Valladolid.- El veterano cineasta estadounidense Paul Schrader, guionista de "Taxi Driver", y el joven valor Max Mayer, director de series como "Alias" o "El ala oeste de la Casa Blanca", han estrenado hoy sus últimos trabajos en el Festival de Valladolid: "Adam" y "Adam Resurrected", respectivamente.

Ambos directores, representantes de dos momentos diferentes de la industria audiovisual estadounidense y dados a conocer casi con tres décadas de diferencia, firman dos cintas que se desarrollan en entornos antónimos, "Adam", de Mayer, en un céntrico barrio neoyorquino y "Adam Resurrected", de Schrader, entre un psiquiátrico israelí de los años 60 y el Berlín de los años 30 y 40.

Las cintas coinciden, no obstante, en la fuerte carga psicológica que emanan: "Adam Resurrected" por contar la historia de un superviviente de un campo de exterminio nazi y "Adam" por mostrar las dificultades de un joven con síndrome de Asperger que es incapaz de expresar emociones y entender algunos de los entresijos de la sociedad.

Schrader narra la vida de Adam Stein -encarnado por el actor Jeff Goldblum-, un exitoso payaso berlinés cuya fama y familia se desmorona en 1944 cuando es trasladado a un campo de exterminio nazi.

Allí se ve obligado a hacer de mascota del comandante nazi Klein, un perverso personaje interpretado por Willem Dafoe que cambia su forma de ver la vida después de asistir a un espectáculo circense.

La cinta presenta una importante carga de símbolos, elipsis y fases oníricas, y muestra un punto de vista diferente del holocausto judío, así como el maltrato al que fue sometido este pueblo durante la Segunda Guerra Mundial.

Muestra diferentes ejemplos de demencia en el psiquiátrico donde está internado Adam Stein: el Instituto Seizling, dirigido por un psiquiatra que utiliza tratamientos propios de la psicología de hace décadas para tratar de sanar a los enfermos, como es la estimulación de sus pacientes con mescalina o LSD, hoy drogas prohibidas.

Entre los internos se encuentra un hombre preso de su pasado y de los malos tiempos que tuvo que soportar su hija, una mujer que cree en la venida del Mesías, otra que siempre mantiene un brazo en alto para sujetar el cielo o un niño que se comporta como un perro y al que los cuidadores tratan como tal.

"Somos todos actores de un drama que tanto el dramaturgo como el director abandonaron hace tiempo", remarca el personaje Adam Stein en uno de los pasajes del filme ante sus compañeros de psiquiátrico.

El melodrama "Adam", por su parte, versa sobre la historia de Adam, un joven con el síndrome de Asperger -interpretada por Hugh Dancy- que encara una nueva vida en solitario tras la muerte de su padre, y Beth, una sociable profesora de escuela de familia acomodada a la que da vida la actriz Rose Byrne.

Beth, recién llegada al edificio donde habita Adam, va descubriendo el extraño comportamiento de su vecino y, a la vez, enamorándose de sus particularidades.

Gracias a la filantropía de la recién llegada, entablan una amistad que culmina en una relación amorosa condicionada por el síndrome de Asperger.

A través de esta película se pueden conocer algunas de las trastornos de comportamiento que provoca esta enfermedad psicológica, como una especial dificultad para entablar relaciones sociales, una escasa o nula empatía, la incapacidad de entender ironías y sarcasmos o un apasionamiento poco común por las tareas que le resultan de interés.

El cine belga, asiduo al Festival de Valladolid durante los últimos quince años a través de directores como Marion Hansen y los hermanos Luc y Jean Pierre Dardenne, ha presentado hoy un nuevo eslabón con Peter van Heeves, que ha proyectado a concurso una aplaudida "Dirty mind".

"El ascenso y caída de Tony T" es el subtítulo de ese filme protagonizado por Wim Helsen y que es la segunda entrega de una trilogía que Van Hees abrió en 2008 con "Linkeroever", a la espera del estreno de "The waste land", libremente inspirada en un poema de T.S. Elliot y que cerrará ese tríptico respectivamente dedicado al cuerpo, la mente y la muerte.

Después de la historia de amor entre dos jóvenes que sostuvo la trama de "Linkeroever" (2008), una película "muy corporal, física" como corresponde a la edad de los protagonistas, en "Dirty mind" el director ubica en la mente todo la pasión carnal y amorosa, habida cuenta de la avanzada edad de los actores principales, que rondan los treinta y tantos, y cuyos cuerpos "ya no responden tanto", ha expresado el realizador y guionista Van Hess en rueda de prensa.

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