Juan G. Atienza insinúa el origen masónico de la Capilla de Bracamonte en Ávila

  • Valladolid.- Juan G. Atienza, especializado en la Orden del Temple y en aspectos mágicos o enigmáticos de la historia de España, ha insinuado el origen masónico de la Capilla de Mosén Rubín de Bracamonte, situada en Ávila y a la que dedica el epílogo de "La forja de un linaje" (Styria), su último libro.

Juan G. Atienza insinúa el origen masónico de la Capilla de Bracamonte en Ávila
Juan G. Atienza insinúa el origen masónico de la Capilla de Bracamonte en Ávila

Valladolid.- Juan G. Atienza, especializado en la Orden del Temple y en aspectos mágicos o enigmáticos de la historia de España, ha insinuado el origen masónico de la Capilla de Mosén Rubín de Bracamonte, situada en Ávila y a la que dedica el epílogo de "La forja de un linaje" (Styria), su último libro.

El escritor valenciano, caracterizado por una amplia bibliografía templaria, revisa en su nuevo libro la figura del almirante francés Robert de Braquemont (1355-1419), a quien ya dedicó en 2002 la monografía titulada "El compromiso: mi nombre es Rubí de Bracamonte y se que me encuentro a las puertas de la muerte".

Robert de Braquemont, castellanizado como Rubín o Rubí de Bracamonte, sirvió en España a los reyes Juan I, Enrique III y Juan II, de quienes obtuvo mercedes, territorios y señoríos como los de Fuente el Sol (Valladolid), Peñaranda (Salamanca) y Mocejón (Toledo), donde finalmente falleció.

Atienza (Valencia, 1954), autor de una serie de guías dedicadas a la Inquisición y a brujas, leyendas, pueblos malditos y recintos sagrados, dentro de España, recuerda en "La forja de un linaje" dos de las misiones que le trajeron a España desde Francia: la de buscar un asentamiento para el pueblo judío y reactivar la orden templaria.

El libro recorre la biografía del caballero francés, en clave de ficción o de novela histórica, con el propio personaje como narrador en primera persona.

Algunos descendientes de Robert de Braquemont se encuentran enterrados en la Capilla de Mosén Rubín de Bracamonte, ubicada en Ávila y sobre la que Atienza insinúa un origen masón, "pues, más que como templo cristiano, está configurado como una auténtica logia masónica, aun habiendo sido erigida dos siglos antes de que la Masonería" fuera una realidad "conocida en los estados del mundo occidental".

Comenzada a edificar durante el primer tercio del siglo XVI, el autor recuerda que las obras de esa capilla funeraria fueron paralizadas por el Santo Oficio antes de su remate, "y se tiene noticia de que jamás obispo alguno, toledano o no, se acercó a consagrarla, como era preceptivo en todos los edificios religiosos".

Al margen de estos argumentos, Atienza observa cómo en lo alto de la puerta de entrada aparece la imagen de Dios padre "perfectamente enmarcada en un triángulo, tal como figura representado el ojo del Gran Arquitecto del Universo según la tradición masónica", señala en el epílogo del libro.

En cuanto a los muros exteriores, añade el investigador, "están cuajados con blasones de la familia de los Bracamonte, compuestos principalmente por las imágenes de la escuadra y el mallete, un emblema que todo el mundo asocia a claras reminiscencias masónicas y que apenas se localiza en ningún otro lugar de España".

Juan G. Atienza, licenciado en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid, dedicó muchos años al cine y la televisión como guionista y realizador antes de centrarse en la investigación histórica, dentro de una actividad que ha plasmado en más de medio centenar de libros, monografías y artículos.

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