Cada vez más rostros famosos hablan públicamente sin tapujos de las enfermedades mentales que sufren, con el objetivo de normalizarlas y que dejen de ser tabú. El último que lo ha hecho es, además, una figura con mucha relevancia pública, sobre todo en Estados Unidos, donde es una estrella y su vida está en los medios todos los días. Hablamos del rapero y empresario Kanye West, conocido también por ser el marido de la topoderosa Kim Kardashian.
Precisamente, el matrimonio presentó hace unas semanas a su cuarto hijo, que ha venido al mundo por gestación subrogada y al que han llamado Salmo, pues ahora Kanye está muy volcado en su faceta espiritual e incluso oficia misas itinerantes los domingos que se han convertido en todo un evento.
Precisamente, su vida ha cambiado radicalmente en los últimos años con su acercamiento a la religión, pues antes era principalmente conocido por sus polémicas declaraciones, sus salidas de tono y sus escándalos.. Ahora, Kanye está mucho más calmado, y es que hace un tiempo reveló que sufre un trastorno bipolar, lo que tiene mucho que ver en sus comportamientos pasados. Sobre ello quiso hablar en el programa del famoso presentador David Letterman, donde confesó sus momentos más duros.
"Llegué a estar esposado, drogado y alejado de mis seres queridos", confesó West ante las cámaras al hablar de los momentos más duros de su tratamiento. Y aprovechó para criticar el trato "inhumano" que a veces reciben enfermos como él en las instituciones que les atienden. De hecho, aseguró que a veces se ha sentido discriminado.
Así, Kanye señaló que toma medicación todos los días, porque de no ser así su trastorno tiene la posibilidad de aumentar y llevarlo al hospital, extremo que no quiere por nada en el mundo, pues conllevaría separarse de su familia. Además, hablo de lo que él ha sentido en los momentos más álgidos de su enfermedad.
"Cuando estás en ese estado te sientes hiperparanoico por todo. Todo el mundo vive esta experiencia de maneras diferentes, pero yo pensaba que todos eran actores, que era una conspiración. Creía que el Gobierno ponía chips en nuestros cerebros, que nos estaban grabando...", se sinceró el rapero, recalcando la importancia de seguir el tratamiento diariamente.
Además, criticó el estigma de la gente con este tipo de enfermedad y cómo se fuerza a los enfermos hasta el punto de hacerles sentir peor: "es como tener un esguince de cerebro, si tienes un esguince en el tobillo la gente no te fuerza. Sin embargo, en nuestro caso, la gente hace todo lo contrario e intentan que todo vaya a peor. Hacen todo lo que puedan". Es más, denunció que todo el mundo crea que tiene derecho a opinar sobre la bipolaridad.
Así, el cantante y empresario quiso lanzar un mensaje de apoyo a todos los que están pasando por lo mismo que él y tratar de visibilizar una enfermedad que mucha gente oculta ante el miedo de ser rechazada. Un gesto que supone mucho por parte de un hombre mundialmente famoso por su música y sus negocios. Junto a su mujer ha levantado un imperio que está valorado en más de 300 millones, pues todo lo que tocan los West-Kardashian se convierte en oro.
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