Kiko da Silva: "En estos momentos dibujaría una Galicia en forma de enchufe"

  • El dibujante vigués Kiko Da Silva necesita sentir las ideas para contarlas, enamorarse de una historia para empezar a pintarla, pero reconoce que en estos momentos de Galicia le inspira "el cabreo" que le produce que la comunidad "tenga encima un enchufe como una catedral".

Elizabeth López

A Coruña, 6 jul.- El dibujante vigués Kiko Da Silva necesita sentir las ideas para contarlas, enamorarse de una historia para empezar a pintarla, pero reconoce que en estos momentos de Galicia le inspira "el cabreo" que le produce que la comunidad "tenga encima un enchufe como una catedral".

"Tenemos que quitarnos el enchufismo en este país, es una lacra", asegura Da Silva en una entrevista con Efe, en la que confiesa estar enfadado, porque "es terrible, aquí no dimite nadie".

El dibujante vigués, cofundador de la revista BD Banda, colaborador de El Jueves y creador de la primera escuela profesional de cómic e ilustración de Galicia, O Garaxe Hermético, con profesores como Miguelanxo Prado, Fernando Iglesias (Kohell), Fran Bueno Capeáns, Miguel Porto y él mismo, haría en estos momentos una viñeta de "Galicia en forma de enchufe, o en forma de 'pokemon'".

En su opinión, "la tranquilidad con la que se habla de enchufismos y de robar dinero en este país es muy preocupante y no pasa nada. Me parece todo una tomadura de pelo", dice en alusión a casos judiciales como el denominado Pokemon, que investiga en Lugo una presunta trama de corrupción en la que estarían implicados alcaldes y concejales, entre otros, de varias ciudades gallegas.

Kiko da Silva (Vigo, 1979), que se siente pontevedrés de adopción, ha sido galardonado esta semana con el Premio de Banda Deseñada Castelao, que convoca la Diputación de A Coruña por su obra "O inferno do debuxante", que cuenta la historia de Manuel Pardo, un dibujante que nunca es capaz de publicar ninguna de sus creaciones porque siempre se encuentra con que otra persona lo hizo antes.

Con esta obra quiso hacer un guiño a Paco Roca y su "El invierno del dibujante" para que el público identificara este juego del cómic sobre el mundo de la creación.

"El mundo del cómic a nivel creativo es muy ignorado. La gente no sabe cómo se hacen los tebeos. Puede llegar a ser muy difícil para un dibujante quitarse de encima la influencia de otros dibujantes o llegar a un público amplio y conseguir vivir del cómic", señala.

Por eso ha construido este tebeo sobre las dificultades en este sector de "tener voz propia" y destacar sobre el resto.

Una de las situaciones que más se reproducen en el mundo del cómic es que "es muy fácil tener una idea muy similar a la de otra persona". "Ser originales es algo prácticamente imposible y en el mundo en que vivimos mucho más, porque consumimos las mismas cosas", argumenta sobre una actualidad "hiperconectada".

Ejemplo de ello cita su trabajo en El Jueves, donde un fin de semana, ha recordado, ocho o nueve personas coincidieron en presentar, con motivo del inicio de la serie "Juego de Tronos", a Mariano Rajoy sentado en el trono de la película para representar su llegada al Gobierno.

"Y su personaje, Manuel Pardo, nace de este tipo de casualidades", sostiene su creador, que se identifica con su personaje.

Da Silva siempre empieza a dibujar después de imaginar la historia intentando sorprender, porque "el lector busca eso, quiere lo mismo que pasa con las series de televisión, que dé un vuelco y te sorprenda la historia".

"Lo fundamental en el momento de crear es enamorarte de la historia: tienes que sentir cosquillas en el estómago cuando la escribes, es como una relación. Vas a estar trabajando dos o tres años en ese proyecto y, como no estés enamorado de la historia, puede convertirse en una tortura", explica.

Kiko da Silva prepara desde hace cinco años y medio la obra "Bajo la sombra de las piedras flotantes", de 170 páginas, sobre la naturaleza inexplicable. Trabaja solo, preferiblemente en su estudio, y no conduce, como la mayoría de los dibujantes, porque "nos debe faltar un gen".

Ve con incertidumbre el futuro, porque "no existe industria en el mercado gallego", y las escuelas y editoriales surgen a iniciativa de los autores, por lo que ve difícil que haya generaciones continuadas de dibujantes, aunque se está consiguiendo "acelerar" este relevo.

"Lo que falta en el mercado gallego es que los medios institucionales apoyen la promoción. La gente que se dedica al arte no quiere que le den subvenciones, sino que se promocione lo que hacemos", reivindica Da Silva.

A su juicio, "se gastan millones en chorradas y cosas que no valen para nada, como la Ciudad de la Cultura, que es una ruina muy cara, y a nivel cultural se podrían conseguir muchas cosas con ellos".

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