Kurt Savoy: Hasta los chavales llevan mis silbidos en el móvil

  • El músico y silbador Francisco Rodríguez, conocido artísticamente como Kurt o Curro Savoy, está celebrando el cincuenta aniversario de su carrera profesional y ha explicado que se reconoce por sus silbidos cuando va por la calle pues "los llevan hasta los chavales en el móvil".

Almería, 4 oct.- El músico y silbador Francisco Rodríguez, conocido artísticamente como Kurt o Curro Savoy, está celebrando el cincuenta aniversario de su carrera profesional y ha explicado que se reconoce por sus silbidos cuando va por la calle pues "los llevan hasta los chavales en el móvil".

El artista jienense, que lleva 32 años afincado en París, ha contado a Efe que hace unos años paró en una autopista de Francia para pagar el peaje; "el señor de la cabina estaba viendo la televisión y me reconocí en unos silbidos pero no sabía ni qué película estaba viendo, le tuve que preguntar".

Su nombre artístico comenzó siendo Curro Rodríguez, "pero no gustaba, en los sesenta se llevaba lo que venía del extranjero", así que cambió el apellido por Savoy, el nombre del bar donde su padre tomaba café en la Plaza de la Ópera de Madrid, aunque más tarde el locutor Bobby Deglané le dijo que con ese nombre "parecía que iba a cantar flamenco" y él hacía rock, "así que buscaron lo más parecido a Curro, que fue Kurt".

Aunque él nunca se imaginó ganándose la vida silbando porque quería ser médico, con sólo doce años se presentó a un concurso musical en la radio, atraído por el premio: "veinte duros, un bote de Cola Cao y un desayuno en una cafetería", en una época de "muchas dificultades", aunque no sabía nada de música.

"No sabía ni lo que era una partitura", reconoce, así que le pidió una guitarra a su primo, quien le enseñó "dos acordes" y de esa guisa se presentó, pero durante la actuación se le ocurrió silbar "y a la gente le encantó".

"Hay gente que silbando imita el sonido de los pájaros, pero yo ya soy una referencia dentro del silbido para temas de silbados de melodías y en películas", ha declarado en Almería antes de uno de sus conciertos.

"La gente me ha encasillado ahí y aunque me encanta tocar la guitarra y cantar, me piden que silbe los temas que todo el mundo conoce", comenta.

Savoy ha puesto sus peculiares silbidos en decenas de películas de diferentes géneros como el western, aunque no sabe dar una cifra exacta y dice que son "un montón", pero sí recuerda la última: "Potiche", protagonizada por Gérard Depardieu y Catherine Deneuve.

Confiesa no estar seguro del número porque él ha silbando desde su infancia y el que era su productor le hizo "silbar todos estos temas reconocidos, como el de 'La Muerte tenía un precio', pero insiste: "En realidad no sé qué películas he hecho".

En París dice estar "muy integrado y agradecido" porque le "quieren mucho", pero si no viene a España se muere "de tristeza", así que cada vez que puede "escapa", y son tan constantes los viajes que su mujer le dice: "tú tienes que tener algún lío por allí".

En Francia es el presidente fundador de la asociación de silbadores "Siffleurs du Monde" con la que tratan de que "se le dé el valor que merece al silbado", que no está tan divulgado "como el violín pero es prácticamente un instrumento, pero no necesitas instrumentos, sólo el aire".

"Cuando anuncias un concierto de silbido le suena a mucha gente como que no tiene importancia, pero yo intento por todos los medios que tenga su lugar en la música".

Savoy, que siempre viste de negro "porque disimula la suciedad", tiene su dentadura asegurada desde hace siete años, cuando su dentista le dio la idea.

"Pago más de 7.000 euros por año pero si tengo algún accidente me darán mucho dinero", cuenta orgulloso mostrando sus dientes, algo sobre lo que bromea: "Muchas veces me digo, a ver si un día alguien me pega un puñetazo de una vez". EFE

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