La Alberca bendice al marrano de San Antón, cerdo que vagará por las calles

  • La Alberca (Salamanca).- EL municipio salmantino de La Alberca ha celebrado esta mañana la bendición del marrano de San Antón, un cerdo que vagará hasta el próximo 17 de enero por las calles del pueblo y que será engordado por turistas y vecinos.

La Alberca bendice al marrano de San Antón, cerdo que vagará por las calles
La Alberca bendice al marrano de San Antón, cerdo que vagará por las calles

La Alberca (Salamanca).- EL municipio salmantino de La Alberca ha celebrado esta mañana la bendición del marrano de San Antón, un cerdo que vagará hasta el próximo 17 de enero por las calles del pueblo y que será engordado por turistas y vecinos.

Se trata de un ritual que cuenta con más de cinco siglos de historia y que recuerda "a los judíos y moros que, obligados por La Inquisición, tuvieron que convertirse al cristianismo", ha manifestado el concejal de Cultura de La Alberca, Jesús Pascual.

Los judíos que se convirtieron, para demostrar su cristiandad, compraban cada año un cerdo, lo engordaban ellos mismos y el día de San Antón, 17 de enero, lo rifaban entre las gentes del pueblo.

"Todo lo que obtenían de la rifa lo donaban a la parroquia de La Alberca", ha afirmado Pascual.

La Alberca, ubicada en la falda de la Sierra de Francia de Salamanca, se convirtió a finales del siglo XV en uno de los refugios más seguros para los judíos, de ahí que se institucionalizaran tradiciones como la del marrano de San Antón, con el fin de que no fueran castigados por La Inquisición.

El párroco encargado de presidir la bendición ha sido, por primera vez, Leonildo Ramos, que, como manda la tradición, ha derramado el agua bendita sobre el animal en la Plaza de la Iglesia, junto al monumento de piedra del marrano de San Antón.

A partir de hoy, el cerdo pasará su vida deambulando por las callejas de La Alberca, primer municipio de España que fue declarado Conjunto Histórico Artístico, en 1940, y una de las localidades más turísticas de la provincia salmantina.

El animal se acostumbrará a ser acariciado y no tendrá ningún reparo en comer todo aquello que le echen.

Así hasta el 17 de enero, cuando se celebre la rifa del marrano de San Antón en la Plaza Mayor.

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