La Alhambra abre al público las habitaciones de Washington Irving

  • Granada.- El Patronato de la Alhambra ha abierto hoy al público las habitaciones de Washington Irving (1783-1859), que presentan un conjunto de muebles y objetos que evocan la época del romanticismo en la que vivió el escritor norteamericano, del que se celebra el 150 aniversario de su muerte.

La Alhambra abre al público las habitaciones de Washington Irving
La Alhambra abre al público las habitaciones de Washington Irving

Granada.- El Patronato de la Alhambra ha abierto hoy al público las habitaciones de Washington Irving (1783-1859), que presentan un conjunto de muebles y objetos que evocan la época del romanticismo en la que vivió el escritor norteamericano, del que se celebra el 150 aniversario de su muerte.

Entre las piezas expuestas se encuentran un piano-forte, un arpa, una cama y un reloj de pared, todas ellas pertenecientes a la colección de la Alhambra y ubicadas en estas dependencias cerradas normalmente a la visita pública "por motivos de conservación y seguridad", ha informado el Patronato de la Alhambra y Generalife.

También conocidas como habitaciones del Emperador, permanecerán abiertas, como espacio del mes, durante todo febrero, de lunes a domingo y en horario de 8.30 a 18.00 horas.

El Patronato de la Alhambra concluye este mes los actos en homenaje a Washington Irving, que vio cumplido su anhelo de visitar el monumento, y Granada, en 1828, hospedándose en la ciudad durante unos días.

Su profunda admiración por la Alhambra le motivó a volver a Granada al año siguiente, alojándose en los Palacios Nazaríes durante casi tres meses, del 4 de mayo al 29 de julio de 1829.

Al principio se instaló en las estancias situadas en la planta superior del Palacio de Comares, cedidas por el coronel Francisco de La Serna, en aquellos momentos gobernador de la Alhambra, para posteriormente trasladarse a estas habitaciones renacentistas denominadas del Emperador en referencia al monarca Carlos V, quien impulsó su construcción en 1528.

La privilegiada experiencia de residir en el monumento nazarí y convivir con sus habitantes, los "hijos de la Alhambra", avivó su imaginación y le permitió acceder a las tradiciones orales que usó para escribir la obra que mejor expresa su alma romántica, "Cuentos de la Alhambra".

Entre estos muros, Irving trabajó en sus textos sobre Cristóbal Colón y comenzó a esbozar sus cuentos, que se editaron por primera vez en 1832 en Londres y Philadelphia, y en 1833 en Valencia.

No es la primera vez que la Alhambra recuerda a Washington Irving pues, en 1914, el primer Patronato de la Alhambra colocó una placa recordando al escritor sobre la puerta de entrada de los aposentos que ocupó, conocidos como Salas de las Frutas por sus techos decorados en 1537 por Julio Aquiles y Alejandro Mayner.

En 1929, el entonces arquitecto conservador de la Alhambra, Leopoldo Torres Balbás, decidió conmemorar el centenario de la estancia del escritor en estas habitaciones realizando obras de acondicionamiento e incorporando un conjunto de objetos, muebles y grabados románticos que evocaban la época de Irving.

En 1959, coincidiendo con el centenario de su muerte, se adquirió más mobiliario de estilo fernandino e isabelino.

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