"La" Arteta vive su debut en el Real, con Domingo en "Cyrano", como un sueño

  • Concha Barrigós.

Concha Barrigós.

Madrid, 9 may.- Ainhoa Arteta ha ido ganando con aplomo las plazas más difíciles desde que debutara en 1990, aunque la del Real se le resistía. Cuando ya estaba claro que debutaría allí el año que viene, todo se ha precipitado y será mañana cuando demuestre por qué es "la" Arteta, al lado de Plácido Domingo en "Cyrano de Bergerac".

"A Plácido deberían hacerle mañana la ola porque es un rol muy difícil y encima cantar con esa nariz postiza lo hace más complicado. Cualquier alteración de esa zona nos quita los puntos de referencia porque nosotros no nos oímos. Es de las cosas que más me han impresionado nunca", subraya la soprano en una entrevista con Efe.

Arteta (Tolosa, 1964) tiene "el corazón partío" entre la pena que siente porque su debut adelantado es a causa de la enfermedad de la soprano titular, la estadounidense Sondra Radvanovsky, y la alegría por conseguir una de sus metas varios meses antes de lo previsto.

Tras hacer el pasado verano una audición para el intendente del Real, Gerard Mortier, y "desatascar" la situación, convinieron en que debutara el próximo mes de abril en el papel de Doña Elvira en "Don Giovanni", pero cuando Radvanovsky comunicó su enfermedad, el director de la orquesta de "Cyrano", Pedro Halffter, y el director escénico, Petrika Ionesco, rápidamente sugirieron su nombre.

"Pedro me había dirigido en Sevilla en 'La Boheme' y con Petrika había hecho el 'Cyrano' que canté con Plácido en San Francisco en 2010", recuerda la soprano.

Cuando Domingo y Halffter la llamaron para decírselo, "tristes por Sondra" pero "muy felices" por "darle la alternativa", estaba en Jerez en un recital y aunque tuvo que "mover" dos compromisos no lo dudó "ni un momento".

Inmediatamente se puso a repasar la partitura porque al día siguiente se tenía que incorporar y desde entonces han sido cinco días "interminables" con jornadas de trece horas ininterrumpidas porque "Cyrano", argumenta, es "una obra muy compleja" y porque ella había olvidado "casi por completo" el texto.

"No es una obra que se te quede fácilmente porque rítmicamente es muy moderna y atonal muchas veces. Sabía que iba a ser duro, y, de hecho, cuando hice el primer ensayo con partitura no sabía ni por dónde agarrarla y pensaba que Sondra se iba a recuperar, pero es un rol en el que hay que estar al cien por cien", señala.

Al principio pensaba que "ojalá" que la titular, de la que es amiga y con la que ha compartido profesora de canto, se recuperara porque era "un marrón" sacarlo adelante en sólo cinco días pero luego "cayó enamorada" y deseaba cantar "aunque fuera solo una función".

Ahora lo que piensa es que "ojalá" Sondra Radvanovsky se recupere para que pueda disfrutar al menos una función de este "caramelo" de obra.

"Me parece que estoy en un sueño porque es que, además, esta es la única obra en la que puedo ser 'partenaire' de Plácido. En el resto de su repertorio mi vocalidad no va con la de él", dice.

No quiere pensar mucho en lo que está pasando, sólo "disfrutar disfrutándolo", mantener la tensión y a la vez la calma con su efectivo "método de relax", "ni yoga, ni nada de meditación ni nada parecido, simple supervivencia en tantos años de escenarios".

Saldrá, rezará, como hace siempre, pidiéndole a Dios calma, se santiguará tres veces y saldrá sabiendo que aunque habrá cosas de su ya larga carrera que podrá olvidar el recuerdo de este "Cyrano" la acompañará "para siempre".

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