La chilena Marcela Said pone el conflicto mapuche en el corazón de Cannes

  • La chilena Marcela Said se estrenó hoy en Cannes como directora de largometrajes con "El verano de los peces voladores", una película que compite en la Quincena de Realizadores y con la que coloca el conflicto mapuche en el corazón del festival.

Cannes (Francia), 20 may.- La chilena Marcela Said se estrenó hoy en Cannes como directora de largometrajes con "El verano de los peces voladores", una película que compite en la Quincena de Realizadores y con la que coloca el conflicto mapuche en el corazón del festival.

Con ese filme, que le hace aspirar además a la Cámara de Oro a la mejor ópera prima, recurre a las relaciones entre un padre y su hija y entre este y los criados de la casa para relatar la tensión existente en un país que a su juicio no quiere abordar esa problemática.

No hay voluntad de denuncia política, según explicó en entrevista con EFE la directora, pero sí se hace eco de un problema a su juicio "bastante complejo de entender, del cual ni el Gobierno ni el pueblo chileno se hacen cargo".

"Se trata de una película de atmósfera, más que narrativa o ideológica", y por eso la localización, una casa aislada frente a un lago, con una bruma constante, adquiere un papel protagonista y metafórico, en tanto que espejo de esa falta de visibilidad.

Said había trabajado ya en documentales como "Valparaíso", "Opus Dei" o "El Mocito", y este salto a la ficción, según admite, le resultó un paso "natural" y liberador.

"Tenía ganas de tener más libertad en la puesta en escena, de hacer otra cosa. El documental es bastante restrictivo. Trabajas con personajes reales y los temas que trataba, políticos, eran bastante complicados, por decirlo de alguna manera. En cambio la ficción permite hacer lo que uno quiera", señala.

El punto de partida fue una historia real, la que descubrió cuando al visitar una mansión del sur de Chile la hija del dueño le contó la obsesión del padre por exterminar los peces que habían invadido su lago, y tiró de ella como pretexto para retratar los conflictos sociales latentes bajo una coexistencia aparentemente calma.

Y como protagonistas escogió a actores con experiencia, como Francisca Walker y Paola Lattus, y los mezcló con verdaderos mapuches "para dar una sensación completa de realismo", y con artistas como Gregory Cohen, pintor en la pantalla y en la vida real.

"Ha sido una experiencia distinta porque Marcela, al venir del documental, tiene una sutileza muy aguda, quiere un naturalismo absoluto en la película", explicó a EFE Walker, según la cual el mensaje político del filme "va más por la ausencia del mensaje, porque muestra la invisibilidad".

Cohen aceptó participar por su interés por "conocer cómo funciona por dentro la ficción del cine" y porque encontró en la película "una carga artística importante", con un guión "con muy buen ritmo y muy bien armado", que le acercó a algo que según indica se salía de su "rubro", pero siempre había sido parte de sus referencias.

Y a Lattus, que interpreta a la niñera de la familia, le movió además lo mucho que le molesta la omisión de un conflicto que pese a no querer tratarse, en su opinión no impide que la gente sea consciente de que "las minorías en Chile y los pueblos indígenas están bastante oprimidos".

La directora incorporó al elenco a su hijo de nueve años, y pese a admitir que el rodaje no siempre fue fácil, no ha hecho que merme su interés por la ficción. En su próximo proyecto, según concluye, pasa de la tensión política a la sexual, con un filme que está en fase de escritura y que transcurrirá entre Santiago y París.

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